INUNDACIONES EN MALLORCA
Es el torrente de Ses Planes. Pasa por la zona cero de la catástrofe, las localidades de San Llorenç y Sillot, casi cuatro kilómetros de hormigonado en los años 80. El torrente se convirtió en una autopista sin peaje: circulaban 400 metros cúbicos de agua por segundo. Una canalización que sirvió para llevar todo el poder destructor del agua incontrolada.
"Eran unos caudales muy altos, unas velocidades muy grandes, de cinco o seis metros por segundo, y eso es un poder de destrucción descomunal, arrasa con todo lo que encuentra por delante", afirma José Luis Lorenzo, ingeniero de caminos.
El hormigón ofrece menos resistencia al agua que el terreno natural y la corriente se acelera. Además, las viviendas construidas al lado de la riera, casas antiguas, de una o dos plantas, han reducido el ancho del torrente original y los canales no tienen capacidad de desagüe.
Los vecinos se quejan de que estas infraestructuras están olvidadas y no se limpian y que hay que limpiar los torrentes, que son los cortafuegos de las montañas, afirman.