Caso Asunta
Asunta Basterra escribió dos poemas, entre enero y abril de 2013. Ahora, 11 años después salen a la luz.
El asesinato de la niña Asunta Basterra conmocionó a todo el país. Ahora, años después, los hechos han vuelto a la actualidad gracias a la serie que recrea el crimen. En ella se descubren todos los detalles, concretamente unos poemas escritos por la propia niña, la hija que adoptaron Alfonso Basterra y Rosario Porto y a la que el matrimonio acabó asesinando.
En el poema expone datos sobre el comportamiento de su madre, que explicarían muchas cosas. Asunta los escribió en enero y abril de 2013 y fueron eliminados, pero posteriormente recuperados por la policía del móvil de Rosario Porto tras los registros a terminales y ordenadores de los padres.
Este es el poema completo:
"Mi madre es avariciosa, pero no es preciosa.
Es bajita, pero no simpática.
Canta fatal, cocina con sal.
Come peor, bebe mejor.
Tiene poca flexibilidad, pero mucha edad.
No sabe hablar, pero sí regañar.
Sabe gritar, pero no desvariar".
El segundo de los poemas encontrados fue escrito cuando Asunta tenía solo 12 años. En esos versos, recogidos por 'La Voz de Galicia', asegura haber ayudado a una mujer a salir de la droga.
El poema dice así:
"Su sonrisa tan brillante como el sol.
Era la más profunda y hermosa boca. Le encantaba la verde, clara, blanca col, y también la blanca clara coca.
Tanto amor se agrupaba en mi corazón, que oía temblar mi inquieta muñeca.
Ayer rio, lloró dentro del avión, era una simple corta lágrima seca.
Aquella hermosa delgada figura, quería dejar la viciosa coca.
Yo y ella insistiendo en esto, lo consiguió. Como premio la retraté en pintura.
Ella se dejó aconsejar por una cría, y al final ella contenta aceptó".
Hace unos meses, Alfonso Basterra solicitó por primera vez un permiso penitenciario. Basterra fue condenado a 18 años de prisión por la asfixia y asesinato de su hija, y pese a haber cumplido el tiempo de condena necesario para ello, optó por no intentar abandonar la prisión, y así seguirá.
Instituciones Penitenciarias rechazó su demanda del tercer grado, y aunque él habría presentado las quejas pertinentes, no parece que la institución tenga intención de modificar su decisión. El tercer grado penitenciario supondría que Basterra se trasladaría a un centro de inserción social y solo tendría que asistir al mismo para dormir, pudiendo estar en libertad el resto del tiempo.
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