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Madrid

Detenido el conserje de una urbanización de Madrid por poner cámaras ocultas en los baños de los vecinos

El hombre se ofrecía a arreglar la caldera de los vecinos y aprovechaba para dejar una caja de herramientas, con una cámara en su interior, en los baños.

LaGuardia Civilha detenido al conserje de una urbanización en Madrid por haber grabado desnudos a los vecinos con cámaras ocultas que ponía. El hombre ganó la confianza de los vecinos y se ofrecía a hacerles chapuzas en la casa. Una vez dentro de esos pisos, él aprovechaba para dejar una supuesta caja de herramientas en los baños la cual llevaba una cámara dentro.

"Es una persona que se había ganado nuestra confianza", asegura una de las víctimas, que prefiere mantener el anonimato, "él se ofrecía a arreglar la caldera y me decía que le avisara cuando me fuera a duchar", añade, asegurando que "no le daba importancia". Otra de las vecinas confirma este modus operandi, con el que el detenido ponía una excusa para dejar la caja de herramientas en el baño.

El conserje se ganaba la confianza de los vecinos

Antes de ser detenido, llevaba cinco años trabajando como conserje en la urbanización San Cosme, en el municipio madrileño de Valdemoro, hasta que una mujer denunció a la Policíaque habría tratado de grabarla con una cámara escondida.

El detenido está casado y tiene dos hijas. Su mujer, además, trabajó durante un tiempo como limpiadora en la mencionada urbanización. Uno de los vecinos afectados explica al diario 'NIUS' que les invitaba a casa y daba chucherías a sus hijos. "Nos tenía completamente engañados", asevera.

Finalmente, una de las víctimas se dio cuenta de lo que ocurría cuando iba a ducharse. En un momento dado, se fijó en que la caja de herramientas tenía un agujero y comenzó a sospechar, por lo que decidió abrirla. Dentro se encontró la cámara y decidió denunciarlo de inmediato.

Acusado de descubrimiento y revelación de secretos

Los agentes de la Guardia Civil detuvieron al hombre el pasado 1 de febrero. Asimismo, llevaron a cabo varios registros en su vivienda y en los cuartos de la comunidad, en los cuales intervinieron cinco teléfonos móviles, discos duros y otros dispositivos para comprobar su contenido.

Este sábado, quedó en libertad a la espera de juicio. Se le acusa de un delito de descubrimiento y revelación de secretos, cuya pena oscila entre uno y cuatro años de cárcel. De haber compartido las grabaciones, la condena podría ser de entre dos y cinco años de prisión.

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