Agresión sexual
El hombre sometió a la mujer a un trato "degradante y vejatorio", con golpes, insultos y constantes humillaciones.
El tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha confirmado la condena de 13 años de cárcel impuesta a un hombre en Málaga por delitos de maltrato habitual a su pareja y agresión sexual, tras agredirla física y sexualmente como "castigo" por haber hablado un día con un vecino, según recoge la sentencia judicial.
La audiencia de Málaga dictó inicialmente la pena, que ahora ha sido corroborada por el TSJA, tras desestimar el recurso presentado por la defensa. El fallo declara que el agresor y la víctima convivían desde hacía dos años y tenían un hijo menor en común. Durante ese tiempo, el hombre sometió a la mujer a un trato "degradante y vejatorio", con golpes, insultos y constantes humillaciones.
Según la sentencia, los episodios de violencia se intensificaron entre mayo y octubre de 2022, periodo en el que el condenado propinó bofetones, patadas y puñetazos a la víctima en diversas ocasiones. En uno de esos episodios, le lazó un zapato que le golpeó la cabeza y, en otra ocasión, arrojó tijeras que alcanzaron su brazo. Además, en varias discusiones le causó heridas en la cara y un hematoma en un ojo.
El episodio que motivó la agresión sexual ocurrió a principios de octubre de ese año en el domicilio familiar. El acusado recriminó a la mujer haber estado "charlando con un vecino" y, según la resolución judicial, sacó un cuchillo para agredirla sexualmente mientras la golpeaba en la espalda. Tras detener la agresión, el hombre llegó a amenazarla diciéndole: "Este ha sido el primer castigo por haberte parado con el moro ese; el segundo será raparte el pelo".
Por estos hechos, fue condenado a 12 años de prisión por agresión sexual y a un año más por maltrato continuo, además de la privación de armas durante tres años y la imposición de una prohibición de aproximarse o comunicarse con la víctima durante 15 años. También deberá pagar una indemnización de 4.000 euros.
El TSJA ha rechazado los argumentos de la defensa, que negaba los hechos y acusaba a la mujer de inventar las agresiones, al considerar que existían pruebas "inequívocas" como fotografías que ella aportó y declaraciones de testigos. En la sentencia, los magistrados subrayan que los hechos probados muestran una situación continuada de dominación, control y violencia, tanto física como sexual.