A TRAVÉS DE VARIAS PRUEBAS
Son bebés de cinco meses. Todavía no hablan y aún les queda un largo camino hasta puedan leer y escribir, pero ya en este de momento de su vida los científicos pueden saber si son disléxicos.
Con la ayuda de unos monitores les someten a unas pruebas acústicas que graban su percepción de los sonidos. La evolución de sus balbuceos y cómo responden a las voces de sus padres dan la clave.
La dislexia es un problema neurológico que se manifiesta en la lectura, en la escritura o en la forma de expresarse. Para los disléxicos, el drama comienza en el colegio, con entre 7 y 9 años. La dislexia no tiene cura, pero si se detecta a tiempo, el niño puede aprender técnicas para superar esta discapacidad.