Disturbios
Los chilenos siguen mostrando su descontento en las calles de Chile en numerosas manifestaciones no ajenas a algunos disturbios y mientras la cantidad de denuncias por presuntos abusos y violaciones de derechos humanos preocupan a organizaciones como Amnistía Internacional.
La manifestación ciudadana programada para este martes pretendía ser tan masiva como la del pasado viernes, que congregó a 1,2 millones de personas en el centro de Santiago, y hacerlo esta vez frente al palacio de La Moneda (sede del Gobierno), pero las fuerzas de seguridad impidieron que las marchas llegaran al lugar.
La masa se agolpó entonces en el lugar habitual, la Plaza Italia, en ambiente festivo con banderas y proclamas en contra del Gobierno y en reclamo de un país más justo, aunque estuvo lejos de congregar a la cantidad de gente que la del viernes 25 de octubre. En paralelo, a unos cientos de metros más allá, encapuchados formaban barricadas y enfrentaban con piedras a las fuerzas del orden, que respondían con bombas lacrimógenas y balines de goma.
Esta dualidad entre manifestaciones pacíficas y focos de violencia se repitió en otros puntos del país, como Concepción o Temuco, ambas al sur. Después de 12 días de protestas, el balance oficial del Gobierno contabiliza 20 fallecidos, 6 de ellos ciudadanos extranjeros, y 5 de las muertes producidas presuntamente en intervenciones de las fuerzas del Estado, ya sea militares o policías.
Desde el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) de Chile se han registrado 3.535 detenidos en todo el país y 1.132 civiles heridos, 595 por disparos (perdigones, balines de goma, disparos de bala o arma no identificada), además de actos de tortura sexual durante detenciones, palizas, vejaciones y arrestos ilegales. P