FIESTA NACIONAL EN ESTADOS UNIDOS
Los tanques ya están en el centro de Washington para la gran fiesta patriótica del presidente de EE.UU., Donald Trump, cuya celebración militarista del 4 de julio ha atraído a la capital tanto a simpatizantes del mandatario como a sus críticos, incluido el ya famoso globo del "bebé Trump". Con motivo del Día de la Independencia en Estados Unidos, Trump dará un discurso en el ambiente nacionalista con el que sueña desde hace dos años, cuando visitó París para asistir al desfile del Día de la Bastilla y concluyó que en su país faltaba un festejo militar equivalente.
COPIA A FRANCIA
Después de que el Pentágono aplazara sus planes para celebrar ese desfile el pasado noviembre, Trump decidió organizar un acto por el Día de la Independencia que estará protagonizado por unos 300 militares, con tanques aparcados en el centro de la ciudad y aviones de combate que sobrevolarán la ciudad durante su discurso. "Nuestro 'Homenaje a Estados Unidos' por el 4 de julio ante el Monumento a Lincoln va a ser muy grande, parece. ¡Será el espectáculo de toda una vida!", escribió Trump en Twitter. La ambiciosa celebración, que según la Casa Blanca incluirá un sobrevuelo del avión de la flota presidencial del Air Force One, ha generado críticas de la oposición e incluso de algunos militares retirados, que temen que Trump politice una fiesta nacional que hasta ahora tenía un carácter no partidista. Trump aprovechó su último mitin, hace dos semanas en Orlando (Florida), para invitar a sus simpatizantes a desplazarse a Washington con la esperanza de demostrar su capacidad de convocatoria en una ciudad abrumadoramente demócrata.
CRÍTICAS POR EL USO PARTIDISTA DE LA FIESTA
Las críticas por la celebración han aumentado desde que el diario 'The Washington Post' revelara esta semana que el Servicio Nacional de Parques de EE.UU. (NPS, en inglés) se ha visto forzado a desviar 2,5 millones de dólares en gastos destinados a mejorar las áreas de recreación del país para cubrir los costes del festejo. Trump ha minimizado esa información, al opinar en Twitter que la factura será "muy pequeña comparada con el valor" que tiene semejante "homenaje" al país y a sus Fuerzas Armadas. La Casa Blanca ha repartido las entradas de las primeras filas a grandes donantes republicanos, pero fuentes del partido aseguraron al diario 'Politico' que han tenido dificultades en llenar asientos en una fiesta tan señalada, para la que mucha gente ya ha hecho planes. Sumado al potencial de tormentas a la misma hora del discurso de Trump, ese factor ha llevado a algunas figuras republicanas a trabajar a contrarreloj antes de la fiesta para evitar que se repitan las fotos de la investidura del presidente, que mostraban vacío casi la mitad del espacio reservado a sus simpatizantes.