LAS PROTESTAS SE HAN SUCEDIDO DURANTE EL FIN DE SEMANA

El secretario de Seguridad Nacional de EEUU defiende que la entrada de residentes permanentes en el país "va a favor de los intereses nacionales"

En su comunicado, Kelly ha manifestado que "a falta de información relevante que indique una amenaza seria a la seguridad pública, el estatus de residencia permanente será un factor en la determinación caso a caso", tras la orden ejecutiva firmada por Donald Trump.

El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kelly, ha afirmado que la entrada al país de residentes permanentes "va a favor de los intereses nacionales", tras la orden ejecutiva sobre inmigración firmada el viernes por el presidente estadounidense, Donald Trump, y que veta la entrada en el país a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana.

En su comunicado, Kelly ha manifestado que "a falta de información relevante que indique una amenaza seria a la seguridad pública, el estatus de residencia permanente será un factor en la determinación caso a caso".

Horas antes, el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, el republicano Bob Corker, criticó la "aplicación deficiente" de la orden ejecutiva firmada pro Trump. "Todos compartimos el deseo de proteger al pueblo estadounidense, pero esta orden ejecutiva se ha aplicado de forma deficiente, en particular en lo que respecta a los titulares de una Green Card", la tarjeta que habilita a los extranjeros para trabajar y residir en el país, apuntó.

En este sentido, defendió que "la Administración debe adoptar las revisiones apropiadas", expresando su deseo de que "una prolija revisión y aplicación de las mejoras de seguridad permita que muchos de estos programas se mejores y restauren".

El decreto presidencial de Trump suspende durante cuatro meses las concesiones del estatus de refugiado, impone una moratoria provisional a la entrada de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana y paraliza el Programa de Admisión de Refugiados.

Además, fija en 50.000 el máximo de refugiados que acogerá el país en 2017, menos de la mitad de los 117.000 acogidos el año anterior.

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