Restaurantes
La chef ha conseguido cocinar en el cielo creando un restaurante único en el planeta donde vivir una experiencia exclusiva, aunque sus precios también están a la altura.
Cenar en el cielo ya es posible. Lo ha conseguido la chef neerladesa Angélique Schmeinck, que ha creado el primer restaurante del mundo en globo aerostático. Se llama CuliAir Skydining y ofrece una experiencia única, que consiste en una cena elaborada por la prestigiosa chef y cocinada en las alturas. El globo, que permite albergar entre 6 y 10 personas, recorre algunos de los paisajes más espectaculares de Países Bajos durante una hora y media, superando los 400 metros de altura y recorriendo hasta 30 kilómetros.
La creación de este restaurante es un sueño para la chef, una idea que llevaba cocinando en su mente desde hace casi 20 años. Soñaba con servir sus platos durante un viaje en globo aerostático y utilizar este medio de transporte como un horno de convección, para que los alimentos se cocinen con un ventilador que reparta el calor de forma homogénea.
La chef ha conseguido cocinar en el cielo creando un restaurante único en el planeta. Los platos se trasportan al epicentro del globo aerostático en cestas especiales de horno mediante un sistema de poleas. Ahí, los platos se hornean y se bajan en un montacargas hasta la cocina, donde se añaden los últimos detalles y se sirven a los comensales. Unos sensores indican a la chef la temperatura del horno de convección para que sepa el tiempo que necesitan los alimentos para su cocción.
Cenar en las alturas tiene un precio a la altura
Las opciones del menú son muy variadas. La langosta escocesa, las vieras a la francesa, la lubina con espárragos verdes, la crema de zanahoria y el pollo con champiñones, espárragos blancos, mayonesa y pistachos, son algunas de sus recetas estrella. De postre, los comensales pueden degustar un delicioso mousse de chocolate y fruta de la pasión con merengue, frambuesa y sirope de albahaca.
La cena se ofrece en diferentes regiones de Países Bajos y durante todo el año, aunque dadas las condiciones meteorológicas, la temporada principal dura de finales de mayo a finales de septiembre. Se puede reservar para cenar solos, en grupo o, incluso, para cenas de empresa.
Esta cena exclusiva tiene un coste a la altura de la experiencia: 435 euros por persona.