Conflicto en Líbano
La tregua, que incluye el repliegue de Hizbulá y negociaciones fronterizas, busca frenar una escalada que ha dejado miles de muertos. Israel exige garantías de cumplimiento ante nuevos ataques.
El conflicto entre Israely la milicia chií Hizbuláen Líbano podría estar cerca de un alto el fuego, según informes que indican que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, habría aceptado, en principio, una propuesta presentada por Estados Unidos. Esta tregua contempla tres etapas principales, el repliegue de Hizbulá al norte del río Litani, el retiro total de las tropas israelíes del sur de Líbano y negociaciones bilaterales para definir la frontera, que actualmente es una línea de demarcación establecida por la ONU tras el conflicto de 2006.
Aunque Israel y Líbano parecen estar dispuestos a avanzar, el acuerdo aún enfrenta varios desafíos. Israel exige garantías de cumplimiento, incluido un compromiso formal de Washington que le permita actuar militarmente si Hizbulá viola el alto el fuego o si las fuerzas libanesas no logran mantener el control en la zona fronteriza. Según la propuesta, será un organismo internacional liderado por Estados Unidos el encargado de supervisar la implementación del acuerdo.
En las últimas horas, los enfrentamientos entre las partes han intensificado la violencia en la región. Hizbulá lanzó más de 250 proyectiles contra el norte y el centro de Israel, alcanzando varios objetivos y dejando a múltiples civiles heridos. En respuesta, el ejército israelí bombardeó zonas clave de Beirut, incluido el suburbio sur controlado por Hizbulá y otros puntos estratégicos. Uno de los ataques, con una bomba antibúnker en el centro de la capital, dejó al menos 11 muertos. Además, Israel intenta dañar las capacidades militares de Hizbulá antes de concretar cualquier pacto.
Desde el inicio del conflicto, las cifras de víctimas en Líbano han aumentado de forma alarmante. Más de 3.700 personas han muerto, y otras 15.600 han resultado heridas, según las autoridades locales. Además, la infraestructura del país ha sufrido daños significativos, lo que agrava aún más la crisis humanitaria.
El mediador estadounidense Amos Hochstein ha sido figura clave en las negociaciones. Recientemente, Hochstein advirtió que esta es la última oportunidad para alcanzar un acuerdo durante la administración de Joe Biden, subrayando que futuros esfuerzos dependerán del contexto político en Estados Unidos, probablemente bajo una nueva administración. Este llamado a la acción coincide con una encuesta en Israel que revela que el 64 % de la población está a favor de una tregua, aunque sectores políticos en el país se mantienen escépticos sobre los beneficios del acuerdo.
En paralelo, el exembajador estadounidense en Israel, Dan Shapiro, llegó al país para cerrar los detalles finales del pacto. Sin embargo, los ataques de Hizbulá, interpretados como una maniobra para mostrar fuerza ante la tregua, complican el panorama. Netanyahu y su gabinete buscan presentar el acuerdo como una medida que beneficia a Israel, mientras intentan gestionar la percepción pública sobre el alto el fuego.
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