Amenazas
Vicent Van Quickenborne se ve obligado a refugiarse junto a su familia mientras su casa es custodiada por la Policía belga.
El domicilio del Ministro de Justicia y viceprimer ministro de Bélgica, Vincent Van Quickenborne, vuelve a estar bajo máxima vigilancia. La policía federal se ha visto obligada a reforzar el dispositivo de seguridad después de encontrar nuevas amenazas de muerte en el marco de la investigación que permitió frustrar en septiembre un plan para secuestrarlo.
Por este motivo, el liberal pasará la Nochebuena y el fin de año en un lugar secreto y seguro acompañado por su mujer y sus hijos tras haber sido intimidado a través de mensajes por parte de la mafia. Según ha explicado el propio ministro al grupo mediático RTL, "para mi familia no es fácil porque no eligieron esta vida".
"La situación que vivimos ahora podría durar aún semanas, no sabemos en qué momento va a terminar. Así que es complicado para mi mujer y mis hijos, que ya no van a la escuela, que no tienen derecho a recibir visitas. Mi mujer no puede ir a trabajar (...) No van a poder pasar las fiestas con la familia", lamenta el ministro.
Van Quickenborne asegura que estas amenazas responden al hecho de que la justicia belga está "mostrando sus dientes" contra estas redes de tráfico de droga. Y no es la primera vez.
A finales de septiembre, cuatro sospechosos fueron detenidos por amenazas dirigidas contra el liberal. La presencia de un vehículo sospechoso hizo saltar todas las alarmas. En el coche, con matrícula holandesa, se encontraron kalashnikovs, material explosivo, y otros elementos que podrían ser bombonas de gas. Las autoridades señalaron que podría tratarse de un intento de secuestro dirigido por el crimen organizado del país.