Tiroteo Texas
Los padres llegaban lo antes posible a las afueras de la escuela, donde se contagiaba la angustia y el nerviosismo por el desconocimiento del estado de salud de sus pequeños
Después del terrible tiroteo en la escuela de primeria de Uvalde, Texas, los padres llegaban al lugar completamente aterrados, destrozados y angustiados. Esperaban noticias en un centro cívico, entre muchas lágrimas, frustración, abrazos entre ellos, algunos por el desconocimiento del estado de su hijo, otros por haber recibido ya la noticia que nadie quiere recibir.
La escuela tiene aproximadamente 500 alumnos, la mayoría hispanos. La localidad de Uvalde tiene poco más de 15.000 habitantes, en el centro del estado de Texas y a pocos kilómetros de la frontera con México. El centro está ubicado en un terreno extenso y cuenta con tres grados, de segundo a cuarto de primaria. Los alumnos que perdieron la vida tenían entre 8 y 10 años.
Los padres de la escuela de primaria de Uvalde necesitan respuestas. "Nadie me dice nada, nada", comenta uno de los padres desesperado tras no conocer el estado de su hija. "Uno de los padres ha dicho que posiblemente haya niños muertos", añadía. Greg Abbott, Gobernador de Texas compareció poco después de lo ocurrido. "Cuando los padres dejan a sus hijos en la escuela, tienen todas las expectativas de que podrán recogerlos cuando termine el día. Esa es la expectativa, pero la realidad de los sucedido hoy en la localidad tejana es muy distinta.
"Siguen dentro, mi hija todavía no ha salido, la espera se hace eterna, no sé si está bien", dice otro padre que espera impaciente a su hija.
Pete Arredondo, jefe de Policía de Uvalde, intentaba calmar a los padres mientras seguían investigando el caso. "Todavía se está trabajando la escena del crimen, pero en cuanto tengamos noticias se las daremos a los padres y familiares".
La escuela celebraba el último día de clases
La escuela celebraba ese mismo día el último día de clases. Los padres acudieron junto a sus hijos por la mañana para la ceremonia de clausura que daba por finalizado el año escolar y se procedió a la entrega de diplomas. Un momento de mucha alegría y que nadie se podía imaginar en lo que iba a derivar posteriormente.