Alexéi Nalvalni
El líder opositor ruso falleció en prisión y su cuerpo fue trasladado a una morgue sin el consentimiento de su familia. Las autoridades rusas afirman que se requieren más análisis para determinar qué le ocurrió, pero los medios independientes denuncian indicios de violencia y encubrimiento.
Desde que Alexéi Navalni murió el pasado viernes en circunstancias sospechosas dentro de una cárcel rusa, su madre y sus abogados no han podido ver su cuerpo ni acceder a la morgue donde supuestamente fue llevado.
El equipo legal y la familia de Alexéi Navalni se enfrentan a obstáculos y represalias por parte de las autoridades. Según informó Kira Yarmysh, portavoz del político, uno de los abogados fue expulsado del edificio donde se encuentra el cadáver de Navalni y los empleados se niegan a dar información sobre el estado del cuerpo. Tampoco permiten el acceso a la madre de Navalni, que tiene 69 años y quiere despedirse de su hijo. Yarmysh denunció que la investigación oficial sobre la causa de la muerte se ha prolongado sin motivo y que solo se ha comunicado que es "indeterminada". Para la portavoz, se trata de una estrategia de mentiras y dilaciones por parte del gobierno ruso.
El Comité Federal de Investigación ordenó el traslado del cadáver sin informar a los familiares ni a la prensa. Según el medio independiente 'Novaya Gazeta Europa', el cuerpo de Navalny presentaba "hematomas" en el pecho que podrían ser consecuencia de las maniobras de reanimación.
Según fuentes rusas no oficiales, se produjeron una serie de eventos extraños y sospechosos en la prisión de máxima seguridad donde Navalni estaba encarcelado. Algunos testigos afirmaron haber visto a agentes del servicio secreto entrando y saliendo del recinto en las horas previas al anuncio de la muerte del opositor, mientras que las cámaras de seguridad estaban fuera de servicio en esos momentos. Además, varios presos fueron confinados en sus celdas sin explicación alguna antes de lo previsto por el protocolo habitual de la cárcel, lo que generó dudas sobre lo que estaba ocurriendo. Los medios independientes también señalan que las horas de los hechos no coinciden con las declaradas por las autoridades.
El hecho coincide con el inicio de la Conferencia de Seguridad de Munich, donde Putin ha mostrado su poderío y su desafío al mundo occidental. El Kremlin ha negado cualquier implicación en el fallecimiento del opositor y ha pedido respeto a la investigación judicial. Sin embargo, muchos observadores consideran que se trata de un asesinato político para eliminar al principal rival de Putin y silenciar las voces críticas en Rusia.
La muerte de Navalni, a los 47 años, deja al presidente Vladimir Putin sin un rival visible en el escenario político ruso, a un mes de las elecciones presidenciales en las que se espera que obtenga una victoria aplastante. Mientras tanto, la situación en Ucrania sigue siendo tensa, con un aumento de la presencia militar rusa en la frontera y una falta de apoyo militar estadounidense a Ucrania, bloqueado por el Congreso. Las fuerzas ucranianas se ha visto obligadas a retroceder ante el avance del ejército ruso.
El fallecimiento del líder opositor de Putin ha desatado una ola de indignación y movilización entre sus seguidores y la sociedad civil rusa, que exigen justicia y democracia. Según la organización OVD-Info, especializada en el seguimiento de las detenciones arbitrarias, al menos 366 personas han sido arrestadas en 39 ciudades rusas desde que se anunció el fallecimiento del opositor. De ellas, 31 han sido condenadas a pasar entre 5 y 15 días en prisión. Entre los detenidos se encuentra el sacerdote Mikhnov-Vaitenko, que sufrió un derrame cerebral isquémico tras ser arrestado cuando iba a oficiar un funeral en memoria de Navalni.
La viuda de Alexéi Navalni participará este lunes en la reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea. Los ministros expresarán su repulsa y exigirán a Rusia que aclare las circunstancias de la muerte. Varios gobiernos europeos han calificado el hecho de "homicidio del Kremlin" y el propio jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha afirmado que el presidente ruso, Vladímir Putin, es el "único responsable" del fallecimiento de Navalni.
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