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Un buceador encuentra un iPhone en perfecto estado en el fondo de un lago y se lo devuelve a su dueño

Alex Schulze, CEO y cofundador de '4ocean', una empresa de limpieza de océanos, estaba limpiando el lago Boca cuando se encontró un iPhone en perfectas condiciones.

Imagen de un iPhoneUnsplash

El mar está lleno de sorpresas, algunas fascinantes y, otras, no tanto. Algunos lo utilizan como vertedero y tiran todo tipo de basura, mientras que otros, sencillamente, pierden algunas de sus pertenencias, que acaban descansando en el fondo marino. Así lo puede corroborar Alex Schulze, un buceador que se encontró nada más y nada menos que un iPhone.

Esta historia nos lleva a Boca Raton Inlet, ubicado al sur de Florida, en Estados Unidos. Schulze estaba buceando en el lago Boca cuando, de pronto, entre toda la basura que suele hallar en lo más profundo, algo le llamó especialmente la atención: era un teléfono móvil de la marca Apple.

Encuentra un iPhone en el fondo de un lago

El buceador, que es CEO y cofundador de '4ocean', una empresa de limpieza de océanos, relata a 'WKMG News 6 ClickOrlando' que "solo estaba limpiando el lago Boca". "Mucha gente va los fines de semana y pasa el rato haciendo parrilladas y divirtiéndose", explica, "siempre encuentro todo tipo de escombros, gafas de sol, latas de cerveza, ya sabes, mucha basura".

De hecho, asegura que no es la primera vez que se encontraba un smartphone. "He encontrado iPhones anteriormente, pero normalmente están todos bloqueados o el agua salada ha provocado que dejen de funcionar", afirma. Sin embargo, este último dispositivo se encontraba dentro de una funda impermeable, pero no se encendía por falta de batería.

De esta manera, se lo llevó a casa y, en una prueba de la verdad, pudo comprobar que cargaba y se encontraba en perfectas condiciones. Acto seguido, se dispuso a averiguar quién era el propietario y, en un momento dado, encontró en la agenda de contactos a la madre del dueño.

"Había un contacto que decía 'mamá'", cuenta. Así, la llamó y, afortunadamente, obtuvo respuesta de la mujer, que se mostró profundamente agradecida. "Dios mío, no puedo creer que hayas encontrado el teléfono de mi hijo", le dijo a Schulze.

Tras esa llamada, realizaron un encuentro para devolver el móvil a su propietario, que se personó en la oficina de Schulze, dándole personalmente las gracias y recuperando algo que, a priori, parecía imposible de recuperar.