Materiales peligrosos
Una prenda de ropa interior hizo que se tuviera que activar la alarma de radiación en el aeropuerto.
Era un control rutinario como el que cada día se lleva a cabo en cualquier aeropuerto del mundo. Sin embargo, en este hubo sorpresa. Nos ubicamos en la ciudad china de Dalian. Allí, una prenda de ropa interior hizo que se activaran las alarmas de radiación, que revelaron niveles de radiactividad peligrosamente altos.
La aduana del aeropuerto Zhou Shui Zi identificó que la dosis de radiación que emitía esta prenda de ropa era de 5,61 μSv/h, lo que es un valor 56 veces superior al registrado en los alrededores, tal y como recoge este martes el diario local 'The Paper'.
Tras ello, se ha sabido que la prenda de ropa que generó la alarma en este aeropuerto contenía americio-241. Esto es un isótopo radiactivo que presenta una vida media de 432,2 años y que es capaz de dañar al cuerpo humano en caso de que registre una exposición prolongada debido a su capacidad para emitir partículas alfa y rayos gamma durante su desintegración. La identidad de la persona a la que pertenecía esta prenda de ropa no ha trascendido.
Durante los últimos años, las aduanas chinas han incautado en reiteradas ocasiones las llamadas "piedras de salud" o "energéticas", las cuales se venden a veces incrustadas en prendas y como productos para mejorar la salud. Sin embargo, en ocasiones, muestran altos niveles de radiación.
Son materiales que se venden por su supuesta capacidad de armonizar los cinco elementos del 'feng shui', un antiguo sistema popular oriental que establece cómo deben de estar dispuestos los objetos y la luz en las construcciones, y que también busca la armonía entre las edificaciones y su entorno. Esto es lo que las hace atractivas entre, sobre todo, los consumidores de mayor edad.
A pesar de ello, los expertos radioquímicos a los que hace alusión la prensa local recuerdan que los supuestos beneficios para la salud de estas "piedras energéticas" carecen de base científica. También advierten de que no solo "no pueden tratar enfermedades", sino que pueden "causar dolencias", así como "aumentar el riesgo de sufrir cáncer".
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