Villarejo
Villarejo asegura que si los Mossos hubieran tenido más datos tenido más datos podrían haberlo hecho mejor.
José Manuel Villarejo, excomisario de policía, ha afirmado este miércoles en el Congreso que los atentados de Barcelona y Cambrils, ocurridos en agosto de 2017, pudieron haberse evitado si se hubieran atendido sus advertencias al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) dos años antes. Según Villarejo, en junio de 2015 elaboró tres notas de inteligencia basadas en información proporcionada por un confidente marroquí, en las que alertaba sobre el peligro que representaba un imán vinculado al CNI.
El excomisario ha explicado que este confidente, ya fallecido, le informó sobre un hombre que había estado en Bélgica y que posteriormente se convirtió en imán. Asegura que este sujeto, identificado como Abdelbaki Es Satty, colaboraba tanto con el CNI como con los servicios secretos de Marruecos. Villarejo ha asegurado que su fuente ofreció infiltrarse para obtener más información, pero esta propuesta no se aceptó.
Es Satty fue señalado como la supuesta mente detrás de los atentados y falleció en la explosión de un chalé en Alcanar (Tarragona) el 16 de agosto de 2017, un día antes de los ataques. Villarejo sostiene que, si se hubiera prestado atención a sus alertas o permitido la infiltración de su confidente, los ataques podrían haberse evitado.
Durante su comparecencia, Villarejo ha criticado la gestión del exdirector del CNI, Félix Sanz Roldán. Según el excomisario, Sanz Roldán tenía la intención de dar "un pequeño susto" a Cataluña, pero "se salió de control". No obstante, Villarejo ha negado que el Estado fuese a "permitir un atentado". La semana pasada, Sanz Roldán negó cualquier vínculo entre Es Satty y el CNI. También rechazó las insinuaciones de que los atentados pudieran haberse prevenido, a las que calificó de "vileza".
El excomisario también acusó al CNI de no alertar adecuadamente a los Mossos d'Esquadra sobre la peligrosidad de Es Satty. Aseguró que, si los Mossos hubieran tenido más información, habrían manejado de manera diferente la explosión en Alcanar, que inicialmente se trató como un caso de drogas. Además, sugirió que los terroristas que sobrevivieron podrían haber sido capturados vivos.
En este contexto, ha hablado de "negligencia e incompetencia" de carácter "técnico", no político, y ha apuntado que Sanz Roldán está "obsesionado" con él, pues le consideraba "un peligro" porque alertaba de "los problemas del rey emérito" Juan Carlos I. "Él fue quien hizo toda esa patraña de justificar mi detención", ha deslizado.
Asimismo, ha explicado que dos meses después de su detención a finales de 2017 trasladó a la entonces ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, que Sanz Roldán se había "vuelto loco". "Me dijo: me ha dicho Rajoy que es un tema de egos, que lo arregléis entre vosotros".
Villarejo ha instado a los diputados a solicitar la desclasificación de documentos relacionados con el caso, aunque se ha mostrado escéptico sobre la posibilidad de que estas notas se hagan públicas. También ha criticado la vigencia de la Ley de Secretos Oficiales de 1968, a la que califica de obsoleta. Ante las preguntas de los diputados, Villarejo ha defendido la veracidad de sus afirmaciones basándose en su experiencia como agente de inteligencia. Sin embargo, no ha presentado documentación que respaldara sus declaraciones, argumentando falta de tiempo para preparar pruebas.
El excomisario también ha expresado su descontento con el trato recibido en el Congreso, criticando que se le cite, pero luego cuestione sus testimonios o incluso haya quien le insulte.
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