Opinión
Los socialistas tratan de frenar el desgaste electoral que pueda suponer esta ley fallida, cuando ha sido el proyecto feminista más publicitado por el gobierno de coalición en esta legislatura.
No ha sido esta una semana cualquiera para el Gobierno. La coalición entre PSOE y Unidas Podemos ha tenido en estos años una larga, larguísima, lista de desencuentros. Pero hemos asistido a la quiebra más importante entre los socios de gobierno. Porque el asunto en el que han chocado es uno de los pilares de la propia coalición: la ley pretendidamente más feminista. La fallida ley del 'solo sí es sí'.
El PSOE se ha apoyado en el PP para reformar la ley que el propio PSOE aprobó hace siete meses junto con Unidas Podemos. Por tanto, el Gobierno ha votado a la vez a favor y en contra de reformar la fallida ley del 'solo sí es sí'. Algunos ministros de Pedro Sánchez han votado a favor, y otros en contra. Una vicepresidenta ha votado en contra de su propio presidente. Y el presidente no ha votado porque no ha asistido al pleno. Estaba de campaña electoral en Doñana.
Que el PSOE haya pedido la ayuda del PP para reformar la ley prioritaria de Podemos, es un ejemplo más de las peculiaridades de la coalición que preside Pedro Sánchez, que ha vuelto a demostrar su capacidad para resistirlo todo. Pase lo que pase, la coalición no se rompe, nadie dimite y nadie es destituido.