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Reforma laboral

El Gobierno busca nuevos apoyos para la reforma laboral ante la negativa de sus socios

A Pedro Sánchez se le complica sacar adelante una de sus reformas estrella por eso cambia de estrategia y mira hacia el centro derecha, algo que crea una nueva fisura con sus socios de coalición de Podemos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este martes en el Palacio de la Moncloa. Efe

En la política como en la guerra, nunca hay un solo frente abierto, ni un solo adversario. Y el frente que se le ha abierto al presidente, no solo le pone obstáculos a sacar adelante la reforma laboral, sino también al resto de la legislatura. El PNV cada vez se aleja más de llegar a un acuerdo, Esquerra también se cierra en banda si no se cambia el texto y Bildu se suma a los condicionamientos.

Así que Pedro Sánchez no recaba, de momento, los apoyos necesarios y el plazo se extingue el próximo día 3 de febrero, por eso redobla los esfuerzos en las negociaciones y su ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, intenta "ensanchar mayorías" y abrir más puertas para que entre oxígeno. Mientras Bolaños apela a la responsabilidad de estas y todas las fuerzas parlamentarias, abre una nueva vía de acercamiento con Ciudadanos.

La aritmética les daría con la suma de los 9 diputados de Cs y la abstención del PNV. Pero Ciudadanos no está dispuesto a ceder sus votos si el gobierno cede a las exigencias de nacionalistas e independentistas. "Si no se toca una coma del texto, votaremos que sí" ha dicho su portavoz en el Congreso Edmundo Bal, que asegura intentarán ahondar en algunos puntos de la reforma para no desperdiciar, ha dicho, la oportunidad histórica que ofrecen los fondos europeos.

Este ofrecimiento y los movimientos en la parte socialista del gobierno, no está gustando a Unidas Podemos, el presidente del grupo en el Congreso, Jaume Asens, asegura que "sería un error caer en la trampa" que plantea Ciudadanos porque lo único que buscan, dice, es "corromper y torpedear" el bloque de investidura.

Por eso hace un llamamiento a Esquerra Republicana. "Esto no va de Gabriel Rufián o Yolanda Díaz, esto va de acabar con la precariedad" ha dicho. Un mensaje claro, en respuesta a las declaraciones del portavoz de ERC en el Congreso, en las que reiteraban su no a la reforma laboral porque "Esquerra no apoya proyectos personales".

Esquerra, al igual que Eh-Bildu y el PNV aprietan las tuercas al Gobierno, quieren que los convenios autonómicos primen sobre los nacionales. Pero si se toca el texto pactado por los agentes sociales, la CEOE ya ha dicho que se descuelga del acuerdo y se niega a participar en ninguna mesa de negociación más, en lo que queda de legislatura.

Así que las negociaciones se calientan y se complican, Vox directamente evita hablar del tema como ha explicado el portavoz de la formación en el Congreso: "sobre los problemas de la coalición con los elementos radicales, no comentamos nada"; y por mucho que Félix Bolaños apele al sentido de Estado del PP, los populares tienen claro que no votarán una reforma que quiere acabar con la suya y que consideran que más que crear empleo lo destruirá. El secretario general del PP además reprocha a Sánchez sentarse con Bildu y querer cambiar "dignidad" por apoyos. Teodoro García Egea reitera que "España no merece estar mendigando los votos de formaciones como Bildu", y pide al gobierno "que se levante de esa mesa y se siente con los que quieren que España avance, no con los que quieren hacerla retroceder".

Aun quedan dos semanas para que el Ejecutivo logre cerrar un acuerdo que les permita recabar los votos necesarios para dar luz verde a su reforma laboral.

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