Costes de producción
En el sector lácteo, los altos costes de producción no paran de aumentar y las subvenciones son insuficientes. En la actualidad, ya vale más 1 kilo de pienso que 1 litro de leche.
No sólo los altos precios energéticos ahogan a numerosas empresas. Otros bienes y servicios imprescindibles para el desarrollo de la actividad de ciertos sectores han disparado su precio. Un ejemplo es el sector lácteo, donde los altos costes de producción no paran de aumentar, llegando a alcanzar hasta un 80%.
El incremento en el precio de las materias primas, como las cosechas de cereal, los costes de energía, los carburantes y, sobre todo, el pienso, han provocado que la producción haya caído drásticamente en los últimos 3 meses, produciéndose hasta 15.000 toneladas menos durante este período. Este incremento ha hecho que muchas explotaciones experimenten serias dificultades y muchos ganaderos se hayan visto obligados a cerrar sus granjas, reducir cabaña, llevar al matadero a los animales e, incluso, rebajarse el propio salario a 600 euros mensuales para poder seguir trabajando, ya que los precios siguen sin compensar el aumento de sus gastos.
Los ganaderos denuncian que es ilógico que los costes de producción hayan subido un 80% y la leche sólo lo haya hecho un 40%, por lo que resultan más caros los costes de producción que lo que reciben por cada litro de leche. En el último año, al menos 700 granjas de vacas lecheras han cerrado en España y muchos animales han sido sacrificados, lo que supone una importante caída de la producción.
Las subvenciones del Gobierno son insuficientes y tardías
Aunque los ganaderos han percibido subvenciones, aseguran que no son suficientes para hacer frente a los altos costes de producción. El sector lácteo ha recibido en ayudas hasta 10 millones de euros para 5.000 granjas avícolas de carne por las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania, pero los productores las califican de insuficientes y tardías, ya que no podrán percibirlas hasta septiembre.
En este contexto, al sector lácteo se le abre un nuevo frente con las autorizaciones de la Unión Europea para la entrada de productos cárnicos de Marruecos y de Nueva Zelanda, afectando sobre todo a la avicultura y a la carne de cordero y vacuno.