ABOGA POR SEGUIR RECORTANDO EN GASTO PÚBLICO
El expresidente del Gobierno José María Aznar ha considerado un "grave error" relajar la corrección del déficit público e incluso ha abogado por que España "acelere" el proceso de consolidación fiscal.
Además, Aznar ha advertido de que la elevada deuda pública lleva a una "espiral" de "problemas de todo orden" de la que es "extremadamente difícil salir".
En un foro organizado por el Consejo General de Economistas y el Colegio de Economistas de Madrid, Aznar ha insistido en el error que supone relajar la reducción del déficit.
Ha abogado por eso por seguir apostando por reducir el déficit, y el modo de lograrlo, ha dicho, es recortando el gasto público, "sin confiar simplemente en el crecimiento de los ingresos públicos cíclicos".
Aznar ha puesto como ejemplo el periodo en el que gobernó -entre 1996 y 2004- en el que, según ha dicho, la sustitución del gasto público por gasto e inversión privadas elevó "significativamente" el potencial de crecimiento económico y puso en marcha un "círculo virtuoso de cinco millones de empleos".
"Sería un error histórico mantener el parón reformista en el que permanecemos desde hace demasiado tiempo".
Ha lamentado que después de esa época se produjera una "parálisis reformista" en la que el país, ha asegurado, permanece "desde hace ya demasiado tiempo".
Tras señalar que la "presunta incompatibilidad" entre la reducción del déficit y el crecimiento es "un debate ideológico y no económico" avivado por "las posiciones de alguna izquierda europea", Aznar ha hecho una advertencia también sobre la deuda pública.
Así, dos días después de que se conocieran los datos sobre deuda pública española -del 100,5 % del PIB-, Aznar ha dicho que cualquier país cuya deuda supera el cien por cien de su PIB "se adentra en una espiral de problemas de todo orden de la que es extremadamente difícil salir".
"Esto es, me atrevo a decir, difícilmente discutible", ha sentenciado. José María Aznar ha considerado que España "tiene margen para una consolidación fiscal expansiva" y ha insistido en que sería un "error histórico" mantener el "parón reformista en el que permanecemos desde hace demasiado tiempo".
"No hacer ahora nada dejaría sin efecto los esfuerzos que sí se han hecho en los últimos años", ha añadido. El expresidente ha explicado, al final de su discurso, que la gestión política de la crisis económica ha dejado, en prácticamente todos los países del euro, "una sima entre los ciudadanos y el poder político".
Hay, ha advertido, "un enorme poso de desafección y desencanto que se está organizando políticamente", y de cómo se gestione este problema, ha dicho, depende en gran medida el futuro de la UE y las perspectivas futuras de prosperidad".