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HUESCA

¿Qué es un alud de nieve como el de Huesca y cómo se produce?

Este lunes un alud de nieve ha dejado al menos tres muertos en las inmediaciones del Balneario de Panticosa. En este artículo te desvelamos algunos consejos para evitar una avalancha como la del pirineo aragonés.

Alud HuescaEFE

A las 13:00 horas de este lunes conocíamos la triste noticia de que la Guardia Civil había rescatado los cadáveres de tres personas: dos hombres y una mujer, y otra con hipotermia leve, tras verse arrastradas por un alud de nieve mientras practicaban esquí de montaña, en la zona del pico Tablato,en el municipio pirenaico de Panticosa (Huesca). Esta noticia ha vuelto a poner el foco sobre uno de los fenómenos naturales más peligrosos de la alta montaña: un alud de nieve pero, ¿Qué es y cómo se produce?.

Un alud de nieve, también conocido como avalancha, tiene lugar cuando una masa de nieve acumulada en una pendiente pierde estabilidad y se desliza ladera abajo de forma repentina. Este fenómeno suele ser más común en pendientes pronunciadas, generalmente entre los 30 y 45 grados, donde la nieve puede acumularse en capas con diferentes grados de cohesión. Cuando una de estas capas cede, arrastra consigo grandes cantidades de nieve a gran velocidad.

Las causas de un alud

Las causas que pueden desencadenar un alud como el que ha ocurrido en el pico Tablato son muchas, entre las más comunes se encuentran las nevadas recientes, que añaden más peso a capas ya inestables, el aumento rápido de la temperatura o la actividad humana, como el caso del pirineo aragonés, ya que el paso de esquiadores o montañeros puede ser suficiente para provocar el colapso de una capa débil.

Existen distintos tipos de aludes, siendo el más peligroso el denominado alud de placa, que es el que se produce cuando una capa de nieve compacta se desliza sobre otra más frágil, generando avalanchas de gran tamaño y difícil escape. Otros tipo de aludes son: de nieve suelta, que son los que comienzan en un punto pequeño y se expanden en forma de abanico; los aludes de nieve húmeda, que son los asociados al deshielo o la lluvia; y los aludes de fondo, que arrastran toda la capa de nieve hasta el suelo y suelen aparecer al final de la temporada invernal.

Esta es la velocidad a la que puede ir un alud

La velocidad de un alud puede ser extremadamente alta, alcanzando habitualmente entre 80 y 130 kilómetros por hora, aunque en situaciones excepcionales puede superar los 300 km/h, lo que reduce drásticamente las posibilidades de reacción.

En zonas de esquí controladas, como la del Pirineo Aragonés, las autoridades emplean medidas preventivas como detonaciones controladas, cañones de avalanchas o estructuras de retención para minimizar el riesgo. Aún así, fuera de pista y en áreas de montaña no gestionadas, el peligro sigue siendo elevado.

Consejos para evitar una avalancha

Por ello, los expertos insisten en la importancia de consultar los boletines meteorológicos y de riesgo de aludes, llevar material de seguridad como ARVA (Detector de Víctimas de Avalancha), una pala y una sonda, llevar ropa adecuada y un casco, y evitar pendientes inestables.

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