Alergias
Las enfermedades alérgicas por pólenes afectan en España a más de ocho millones de personas. El doctor Javier Montoro Lacomba, jefe de sección de Alergia del Hospital Arnau de Vilanova-Liria (Valencia) nos da las claves para entender cómo funciona esta enfermedad que cada día afecta a más personas.
Las conclusiones de los estudios elaborados por las principales instituciones científicas son claras: hay más alérgicos y los síntomas son peores. Y debemos prepararnos, porque este empeoramiento se relaciona con el cambio climático.
Según un estudio publicado por PNAS, una de las revistas científicas multidisciplinarias más completas del mundo, la temporada de polen comienza 20 días antes y se prolonga ocho días más en comparación con 1990. Además, las plantas, las hierbas y los árboles producen un 21% más de polen que hace 30 años y las reacciones alérgicas son más intensas. En España se observa un aumento de pacientes alérgicos a ciprés, gramíneas y olivo, que oscila entre un 30% (gramíneas) y un 60% (ciprés), según el informe Alergológica 2015 de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).
Las enfermedades alérgicas por pólenes afectan en nuestro país a más de ocho millones de personas, según datos de la SEAIC. Las gramíneas ocupan la primera posición con siete millones de afectados, seguidas por el olivo, arizónicas, plátano de sombra, salsola y parietaria. Para estos alérgicos a las gramíneas, la primavera será moderada en Madrid y algo más intensa en Toledo. En cambio, en el resto de Castilla La Mancha, Castilla y León y Aragón será leve, según la SEAIC.
El Dr. Javier Montoro Lacomba, jefe de sección de Alergia del Hospital Arnau de Vilanova-Liria (Valencia) nos da las claves para entender cómo funciona esta enfermedad que cada día afecta a más personas.
PREGUNTA: ¿Por qué aparece la alergia?
RESPUESTA: La enfermedad alérgica se produce por un funcionamiento erróneo de nuestro sistema inmunológico o defensivo. De forma anormal, creamos defensas frente a sustancias inocuas (polen, ácaros, pelo de animales) o incluso beneficiosas (alimentos). Cuando contactamos con estas sustancias, nuestro sistema defensivo cree que son nocivas para nosotros y se defiende con los mecanismos que ha creado equivocadamente. A consecuencia de ese encuentro, se manifiestan los síntomas característicos de la enfermedad alérgica. La forma más común de presentación es la alergia respiratoria en forma de rinoconjuntivitis y asma bronquial.
Los antecedentes familiares son factores muy importantes, así como la exposición medioambiental.
P: ¿Cómo se desarrollan los efectos de la alergia y cómo podemos evitarlos o calmarlos?
R: Los alérgenos, cuando entran en contacto con nuestras mucosas respiratorias (nasal y bronquial), la inflaman mucho y, producto de ello, aparecen los síntomas típicos de rinitis (picor nasal y ocular, estornudos, moco, congestión, taponamiento nasal) y de asma (tos seca, pitos o silbidos al respirar más frecuentes por la noche, opresión al pecho y dificultad para respirar).
La mejor forma de evitarlos es acudiendo a un alergólogo cuando se tienen estos síntomas y que este, tras hacer un diagnóstico, prescriba normas de evitación, fármacos y, si es posible, vacuna antialérgica (inmunoterapia específica con alérgenos).
"Es el único tratamiento dirigido realmente a modificar la respuesta errónea de nuestro sistema defensivo"
P: Una posible solución son las vacunas. ¿Son eficaces?
R: Sin duda. La vacuna antialérgica es el único tratamiento dirigido realmente a modificar la respuesta errónea de nuestro sistema defensivo. La vacuna le enseña a dejar de reconocer como una amenaza este tipo de sustancias inocuas (ácaros, polen, hongos, epitelios animales) y a facilitar la tolerancia del paciente a ellas cuando ha sido tratado.
P: Pero también puede haber una tarea de prevención.
R: Desde el momento que uno sabe que es alérgico, la medida preventiva más efectiva es evitar aquello que provoca la reacción, si se puede. En el caso de los epitelios animales, lo más efectivo es evitar tenerlos, así como los contactos directos o indirectos. Con los demás alérgenos, la situación es más complicada.
Instauramos normas para reducir o minimizar la exposición a ácaros, polen u hongos en nuestro entorno, pero, por sí mismas, suelen no resultar suficientes para controlar la enfermedad y los pacientes requieren tomar fármacos y vacunas para conseguir una calidad de vida adecuada. Les ofrecemos la posibilidad de conocer, a través de nuestra web polenes.com, los distintos tipos de polen de su área o de aquellas a las que van a viajar, para poder prever exposiciones elevadas y premedicarse si es necesario.
P: ¿Y la alergia puede aparecer a cualquier edad?
R: Es más habitual en las 5 primeras décadas de vida que en las posteriores, y más aún en las 2 primeras.
P: Y no a todos nos afecta igual, supongo…
R: En niños, la alergia respiratoria es más prevalente que en adultos y deben ser estudiados ante los síntomas compatibles para controlar la posible evolución de la enfermedad. En ancianos, la alergia respiratoria es claramente más infrecuente, pero también debe ser tratada. Eso sí, con más precaución para evitar interacciones farmacológicas, porque muchos pueden estar polimedicados.
Los deportistas son un grupo importante, máxime teniendo en cuenta la actividad que practican y su exposición al aire libre, ya que la hiperventilación consecuente al esfuerzo, en épocas con elevada carga polínica, introduce en sus vías respiratorias mucho polen y esto genera una mayor sintomatología. Este grupo debe, asimismo, tener en cuenta, en caso de deportistas de élite, si la medicación para el asma o su rinitis es compatible con la permitida en su federación y no crear problemas de dopaje.
"Un cambio de residencia puede ser extremadamente favorable o nocivo"
P: ¿Influye el lugar dónde vives?
R: La zona en la que una persona vive es clave para el desarrollo de la alergia respiratoria. Un cambio de residencia puede ser extremadamente favorable o nocivo porque influye en si dejo de exponerme a un alérgeno o si me expongo masivamente a él, respectivamente. La alergia respiratoria es un excelente ejemplo de la relación entre el medio ambiente y la enfermedad.
P: Podemos especificar a qué plantas nos referimos y dónde suelen estar. ¿Por qué están tan extendidas?
R: En España, el polen más extendido es el de las gramíneas y, en segundo lugar, el del olivo. Tras ellos, las cupresáceas, urticáceas, quenopodiáceas, artemisias y plátano de sombra completan los pólenes más habituales.
Las condiciones climáticas de las últimas décadas han favorecido una mayor duración de las estaciones y, por tanto, una mayor cantidad total de polen emitido por las plantas y árboles. Esto es clave para el alérgico, porque tiene una mayor presencia de polen en el aire y durante más tiempo y, con ello, una mayor carga de enfermedad si no es tratado adecuadamente.
"Es importante poder predecir cuándo un fenómeno de estas características puede suceder para prevenir a la población alérgica de esa zona"
P: La influencia de la falta de precipitaciones, el calor o la contaminación es notable en la dispersión de granos de polen.
R:El viento es un factor clave en épocas de elevada oferta polínica, porque levanta una cantidad muy elevada de polen y esto es causa de sobreexposiciones masivas de los pacientes en áreas concretas. En este punto cabe destacar la importancia de las tormentas de asma, en las que se dan tres circunstancias: elevada concentración polínica, viento importante y nubes de tormenta con carga iónica elevada. Todo ello acaba provocando una mayor cantidad de microgranos de polen que penetran profundamente en el árbol bronquial y, en los alérgicos, produce crisis de broncoespasmo intensas. Es importante poder predecir cuándo un fenómeno de estas características puede suceder para prevenir a la población alérgica de esa zona.
P: Entonces, se pueden desarrollar síntomas alérgicos al polen durante todo el año...
R: Indiscutiblemente, sí. Por un lado, las urticáceas, como la parietaria, polinizan prácticamente durante todo el año, aunque en mayor medida de febrero a junio. Esto es característico del área mediterránea y también en ciertas áreas de Canarias.
Por otro lado, si un alérgico lo es a varios tipos de polen que polinizan en distintas épocas del año que se concatenan entre sí, puede estar sintomático una gran parte del año. Por ejemplo, comienza con el ciprés a inicios de año, sigue con gramíneas y olivo durante primavera y mitad de verano y se continúa con artemisia.
Además de la carga de polen, la contaminación también incremente la incidencia de la alergia en pacientes genéticamente susceptibles.
P: En ese caso, ¿hay cada vez más alergias y más graves?
R:La oferta alergénica es mayor por condiciones climáticas modificadas, así como se observa un patrón de modificación proteica en el polen para hacerse más resistente a la contaminación ambiental y esto redunda en un polen más agresivo con las vías respiratorias de nuestros pacientes alérgicos.