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Suele decirse que un pueblo sin bar es un pueblo sin vida. Pero, ¿qué ocurre si el pueblo tiene bar, pero no quién quiera estar detrás de la barra?
En Gormaz, un municipio soriano que no llega a los 30 habitantes, han ideado una peculiar manera para atraer profesionales del sector. Se ofrece casa gratis a cambio de abrir el único bar que hay, y que lleva años sin tener quién lo regente.
De la playa al pueblo
Laura y Roberto no se lo pensaron ni un segundo. Esta pareja de hosteleros valencianos ha cambiado la playa por el turismo rural.
"Queríamos un cambio de aires. Vivir en un sitio más tranquilo, estábamos cansados del turismo masificado", relata Roberto Fernández.
"Yo siempre he querido vivir en un pueblo, así que en cuanto vi el anuncio, mandé corriendo la solicitud. Tuve que ser de las primeras, porque acababan de publicarlo", cuenta Laura Torres. "Sabemos que el invierno en un pueblo puede ser duro, pero tenemos mucha ilusión".
"Una oportunidad con casa y trabajo no existe todos los días"
"Regentamos el bar y el albergue, y a cambio vivimos arriba, en la casa. Una oportunidad con casa y trabajo no existe todos los días". Además, todo el rendimiento que saquen del bar es para ellos. "Estoy muy contenta, y muy agradecida".
Más de 300 solicitudes diarias
La iniciativa fue puesta en marcha por el Ayuntamiento, y ha sido todo un éxito. "Estamos desbordados. Nos están entrando una media de 300 mensajes al día", cuenta Antonio Cabanas, alcalde de Gormaz.
Y siguen llegando, a pesar de que el proceso ya está cerrado y el puesto adjudicado. "Me ha sorprendido gratamente, porque no esperaba que la gente estuviera dispuesta a venir a un pueblo tan chiquitito", relata.
Objetivo de revitalizar el pueblo
El pueblo es el principal beneficiado de este acuerdo. De hecho, los vecinos están encantados. "Han pasado de no tener nada a tener un sitio donde poderse juntar a echar las cartas, por ejemplo. Estos pueblos, si no tienen un bar donde reunirse, se acaban muriendo", lamenta el alcalde.
Pero no solo los vecinos, si no también los visitantes. Gormaz es un punto turístico, pero "la gente venía, veía la fortaleza califal de Gormaz, y se iba", explica Cabanas. Ahora, ya tienen un lugar donde parar. "Esto se echaba en falta. Que visitemos el castillo y luego podamos tomar un vermú", cuenta un visitante.
Y por si fuera poco, en el bar El Castillo hay futbolín gratis. "Un aliciente para la gente. Vienen a tomar algo y aquí pueden jugar y entretenerse lo que quieran". En definitiva, Laura y Roberto no sólo han venido a Gormaz a vivir. Si no también, a dar vida al pueblo.