SEGÚN LA DGT
Los gastos, lejos de bajar, se disparan. El precio del gasoil ha subido un 25%. La consecuencia es que muchos centros han tenido que cerrar, 7.000 vehículos de autoescuela han desaparecido de la calle y otros tantos profesores han dejado las aulas.
Los que quedan abiertos mantienen una guerra de precios para captar nuevos alumnos. Antes sacarse el carnet costaba unos 1.200 euros. Les salva en parte el hecho de que el permiso de conducir suma puntos en un currículum de trabajo. Lo único que no ha cambiado son los nervios del alumno el día que se presenta al examen.