Virales
Alberto Salto ha levantado un imperio de la carne a sus 33 años y ha convertido el ir a la compra en toda una experiencia sensorial para los clientes. Muchos llegan a hacer cola los fines de semana para entrar al local.
Música, luces de neón y grafitis en las paredes. Es lo primero que el cliente encuentra cuando entra en esta carnicería que 'tiene mucha chicha'. "Parece un 'sex shop', es lo peor que me han llegado a decir", reconoce Alberto Salto, el dueño de este local, 'el As de las carnes'.
Asegura su idea de negocio levanta ampollas entre otros carniceros: "Me copian o me critican". Su local es un negocio redondo y funciona como pocas carnicerías en Madrid, y su secreto son las redes sociales, la carne y su actitud. 'El As de las carnes' demuestra que el volumen de negocio que mueve internet y las redes sociales es muy grande.
'El As de TikTok'
Alberto publica cada día nuevo contenido: ofertas relámpago de su carne, juegos con los clientes y hasta comparte récords de ventas. El último: vender en una sola mañana por internet 7200 euros en pedidos.
El juego estrella por el que muchos van a la tienda, además de la carne, es 'el juego del chuletón'. Uno de los carniceros corta un chuletón, se lo enseña a los clientes y ellos tienen que adivinar el peso exacto de la pieza. Si alguno lo adivina se lleva el producto valorado en 60 euros y un chupito gratis.
De esta manera, su carnicería funciona como un imán: todos quieren ver a Alberto, conocerle y experimentar sus juegos y la carne que vende. Y aunque el chuletón más grande del mundo esté en España, no es uno de los suyos. Acumula más de 100.000 seguidores entre sus redes sociales, como TikTok e Instagram.
Carne de su ganadería
Alberto sabe que el precio de la carne y de los alimentos no para de incrementarse y que los juegos en su negocio no lo son todo: también tiene que vender carne. Asegura que su producto es bueno y que está a un precio ajustado porque no hay intermediarios. Y es que 'el As de las carnes' tiene su propia ganadería en Salmoral, Salamanca: él no compra la carne a proveedores, sino que tiene su propia carne.
En total tiene 100 cabezas entre vacas y bueyes, animales que él selecciona minuciosamente y con cariño para después ofrecer una carne de calidad. El 98% de sus clientes viene por lo que ven en internet,pero luego repiten. Y eso, dice Alberto, es porque sabe que su producto cárnico es de calidad.
La actitud, su filosofía de vida
Albertono lo ha tenido nada fácil. Comenzó a trabajar a los 15 años, ya que en casa eran cuatro hermanos. No tenían padre y su madre tuvo que sacar adelante a toda la familia. Necesitaban dinero y él tuvo que ponerse a trabajar muy joven.
Empezó en pollerías y en carnicerías de barrio hasta que logró montar la suya propia, pero se arruinó. Acumuló una gran deuda y años después de la crisis del 2008 decidió empezar desde cero. Desde 2016 y durante los últimos años ha empezado a saborear el éxito. Alberto habla de una facturación de 1,5 millones de euros al año solo con una carnicería.
La suya es la historia de superación de un chico que consiguió hacerse a sí mismo trabajando y generando, asegura, una actitud positiva. Una palabra que lleva tatuada en su brazo y que ha marcado su vida.