EUROLIGA | REAL MADRID 80 - 73 FENERBAHCE
El Real Madrid comenzó centrado en el partido, consciente de su importancia, pero el Fenerbahce no se quedó atrás. Los problemas de Sergio Rodríguez para frenar a Dixon y las jugadas individuales del 'Chacho', 9-9 (min. 3), marcaron los primeros minutos.
Sin ir por delante en el marcador y con problemas para seguir al Fenerbahce en la anotación, el Madrid mantuvo la paridad hasta que Datome y Vesely comenzaron a campar a sus anchas sin que la defensa local hiciera nada por detener la hemorragia de puntos de esos dos jugadores.
El equipo turco comenzó a poner tierra de por medio, 13-22 (min.7) con un Madrid que quería y no podía. La situación se fue complicando y con 16-24 a falta de 1.40 minutos, Pablo Laso le dio los galones para dirigir al equipo a Luka Doncic.
Inicio complicado de los blancos
El primer cuarto finalizó con 18-28, prueba de la escasa efectividad de la defensa madridista. Todo cambió en la salida del segundo cuarto. Con Doncic a los mandos del equipo y con Andrés 'Chapu' Nocioni cargando de ganas al equipo, el Real Madrid consiguió un parcial de 14-0 en los primeros cuatro minutos.
La genialidad de Doncic y una agresiva defensa en zona 1-3-1 obraron el milagro de meter al Madrid en el partido y que se adelantara por primera vez en el marcador, 32-28. Con empate a 32 (min.15.50) el Real Madrid no pudo mantener ese nivel de defensa y entrega y el Fenerbahce volvió a dominar el partido, con un parcial de 0-7 (32-35, min. 16.20) gracias a los rebotes y a un Vesely que volvió a entrar en la defensa como un cuchillo en la mantequilla.
Al descanso la reacción de los españoles se quedó en casi nada porque al final el marcador reflejó un 36-45. La buena noticia fue la defensa madridista y la mala, que no la pudo mantener durante los diez minutos del cuarto.
Remontada en el tercer cuarto
El Real Madrid mantuvo sus buenas intenciones y actitud en el inicio del tercer acto y dio otro pequeño empujón a sus aspiraciones, 43-47 (min.23), pero siempre dando la impresión de un gran esfuerzo, de tener que gastar muchas energías y de poner mucho empeño para conseguir cada punto. Aún así, con poca fluidez en ataque, llegó al ecuador del cuarto con un equilibrado 48-50.
Por contra, el Fenerbahce que también pasó por apuros en ataque, apenas necesitaba un par de minutos de inspiración para adelantarse, 48-55 (min.26.45). Otra nueva reacción madridista permitió igualar el marcador a falta de un minuto, 54-55 y llegar al final del tercer cuarto con ventaja mínima pero ventaja, 56-55.
Y un parcial muy importante de 20-10. A estas alturas de partido las cosas estaban un poco más claras para el Real Madrid y más oscuras para los turcos. Zeljco Obradovic lo vio claro y no dudó en pedir tiempo muerto tras un triple de Sergio Llull (59-55) cuando apenas se habían disputado veinte segundos del último cuarto.
Aparecieron los jefes
La necesidad, el trabajo, el esfuerzo, la concentración y las ganas durante más de treinta minutos comenzaba a imponerse a un Fenerbahce ya clasificado para la siguiente ronda. El 63-57 que ondeó en el marcador (min. 31.50) auspició buenos augurios, máxime con Sergio Llull especialmente enchufado y con dos triples casi consecutivos en su haber, pero el Fenerbahce, todo un equipo aspirante al título, consiguió en un abrir y cerrar de ojos volver a nivelar la situación, 66-66 (min.34.15).
La tensión que emanaba desde la pista y la presión que bajaba desde las gradas hicieron que cada posesión, cada punto, cada acierto y cada fallo fuese vital. Otro tirón local y 72-66 a falta de tres minutos y medio. Un triple de Jeffery Taylor a minuto y medio para el final, casi sentenció el partido, 76-66, pero fue la defensa y el deseo de victoria lo que dio una victoria fundamental al Real Madrid por 80-73.