DEJARON ENTRAR A GRUPOS SUPERREDUCIDOS
El Museo de Altamira inició el pasado febrero visitas experimentales a la cueva. Grupos superreducidos de cinco personas a la semana tendrían la suerte de poder entrar a las cuevas y los científicios podrían observar el impacto sobre sus pinturas. Eran cobayas para estudiar si su comportamiento dañaba este templo del arte paleolítico.
Tras doce años de cierre, el Ministerio de Educación anunciaba su apertura en un comunicado e informaba de que los primeros visitantes se seleccionarían de forma aleatoria entre el público que pasara ese día por el museo.
La primera observación de los científicos fue que su visita varió la temperatura de la cueva, lo cual era positivo. Después, observaron que la luz artificial que se usó tampoco dañó las pinturas.