Rosberg gana el GP de Europa con Alonso y Sainz fuera de combate

Otra vez volvió el mejor Rosberg. Otra vez volvió el Rosberg de comienzo de Mundial, volvió el mismo Rosberg que se fue de 'vacaciones' durante algunas carreras para que pilotara el Rosberg de años atrás. Nico deleitó a los presentes en Bakú, en la primera carrera de Bakú, y logró la victoria en el GP de Europa para abrir brecha en la lucha por el campeonato con un Hamilton que tan solo pudo ser quinto.

Que no pudo tener mejor premio y que tampoco lo habría tenido aunque hubiera salido más arriba en la parrilla. No lo habría tenido porque Nico Rosberg estuvo imperial, dominante y avasallador. Porque ni en la salida, peligrosa e intensa, ni tampoco en una primera vuelta con exceso de coches y falta de anchura en pista mostró un nervio ni un mal movimiento. No mostró nada de hecho, más que una sangre fría propia de quien está ante su año. Ante el año de ser campeón del mundo.

Ni tuvo que mirar mucho por los retrovisores, pues Vettel paró antes que él el resto estaba a tal distancia que habría sido necesario un telescopio para encontrar otros coches. Con esa seguridad, pudo vivir tranquilo una carrera en la que Hamilton se mostró tenso y nervioso, tocando botones por doquier en su volante y cediendo ante Ferrari y ante el Force India de Sergio Pérez, en otra actuación brillante del azteca que le llevó al podio.

Sainz y Alonso, noqueados
Qué buen recuerdo se va a llevar el mexicano de Bakú. Y qué mal recuerdo que se van a llevar tanto Fernando Alonso como Carlos Sainz. Ni uno ni otro pudieron cruzar la bandera a cuadros, y eso que por momentos estaban hasta luchando por zona de puntos. El final lo vieron de pie y sin su traje de piloto, y de nuevo fue por problemas mecánicos y no por fallos de pilotaje.

El McLaren-Honda de Fernando volvió a fallar y a parecer un monoplaza de GP2... y hasta de GP3. Alonso empezó a perder velocidad y puestos durante cinco vueltas para al final tener que decir adiós cuando ya se llevaban disputadas más de 40 vueltas. Eso sí, se marchó después de Carlos Sainz, que dijo adiós a Bakú por un problema en la suspensión que ya antes se había llevado por delante a Daniil Kvyat.

Austria, próxima parada
Cero puntos para ambos, y la sensación, sobre todo en McLaren-Honda, de que el camino es largo y sigue plagado de baches. Pocas llanuras ha habido en la trayectoria del equipo desde su nueva unión, y poca regularidad para quien antes acostumbraba a acumular victorias, podios y poles. De momento, Austria será la próxima parada para un proyecto que tiene tantas luces como sombras a su alrededor.