¡Nunca me encerrareis!

Pepa presiona a Angustias, en su delirio, para sacarle información de la noche del incendio… hasta que no puede más. Es demasiado para ella y Tristán así lo entiende, recriminando a Pepa su severa actitud y su escaso tacto.

Francisca no desiste en su empeño de incapacitar e internar a su nuera y vuelve a hablar con el médico, Don Julián, para que esté dé su aprobación. Tristán se niega y discute con Pepa, que parece opinar como Francisca, aunque en realidad está manipulada por ella.

Tristán descubre a su hermana Soledad intentando huir para encontrarse con Juan, pero su hermano la convence para quedarse. Juan, por su parte, intenta entrar en la Casona  en busca de Soledad y es descubierto por Mauricio, es entonces cuando Tristán interviene y cubre las intenciones reales de Juan ante su madre.

Por otro lado, Raimundo se está pensando vender la taberna aunque Pedro vea cada vez más lejos que el trato con el señor Antúnez se realice y él cobre su parte.

Angustias descubre los planes de Francisca de internarla en un sanatorio y se dispone a cometer una locura sin precedentes.