La cabecera de la tercera temporada de 'Aquí no hay quién viva'

La tercera temporada de 'Aquí no hay quien viva' comienza con Juan tratando de asimilar el accidente de Paloma, que sigue en coma tras caer por el patio. Para ayudarle, llega al hogar de los Cuesta su hermana, Nieves, una mujer con mucho carácter que va a chocar con Isabel especialmente tras descubrir que ha ocurrido lo que se sospechaba: Juan y ella se han convertido en pareja.

De hecho, Isabel acaba vendiendo el piso para mudarse a la casa de Juan, con el rocambolesco resultado de que la nueva propietaria es Nieves, que acepta que Andrés se quede en la casa. De hecho, intenta conquistarle hasta que él decide, tras rechazarla varias veces, refugiarse en la buhardilla, también porque se convierte en un prófugo de la justicia tras sus chanchullos mercantiles. En esa azotea termina conviviendo con Roberto tras su ruptura con Lucía.

La comunidad está muy revolucionada: Emilio se traslada a vivir con Belén, aunque la relación sigue sin fraguar. De hecho, después inicia una relación con Carmen, profesora de la universidad en la que empieza a estudiar.

Mauri también está en crisis con Fernando. De hecho, empieza a salir con Diego, hermano de Lucía, y con Abel, canguro de Ezequiel, con el escarmiento de que sus dos pretendientes acaban iniciando una relación. Por eso, acaba retomando su relación con Fernando cuando éste regresa a casa, descubriendo que ha tenido un hijo con Bea.

Una de las marchas en esta temporada es la de Alicia, por lo que Belén alquila una habitación a una nueva vecina: Ana, que se convierte en un nuevo problema para Roberto ya que los dos fueron más que amigos. Por si fuera poco, Carlos, que ha comprado el videoclub, ha conseguido conquistar a Lucía. Este cuartero amoroso acaba en desastre para todos.

Para ruina, la del edificio en el último capítulo: mientras los vecinos disfrutan de unas vacaciones en Benidorm, el bloque sufre un incendio. Por si fuera poco, Paloma se despierta del coma.