Manolita, aterrada, decide llevarse a su familia lejos del barrio

Manolita sale un momento a casa de una vecina y deja la puerta entornada: una oportunidad perfecta para la nueva jugada de Beltrán. El coronel, que acecha constantemente a Sanabria, se cuela en casa de los Gómez y espera, con sibilina sonrisa, en el sofá sentado a que la mujer llegue.

A Sanabria se le paraliza el corazón al ver al coronel apoltronado en su sofá con una actitud sospechosamente tranquila. Martín-Cuesta, disfrazado de victimismo y generosidad, tiene que darle un rotundo mensaje a Manolita: "No podemos seguir enfrentados de por vida"

Y es que desde que Beltrán salió de prisión en libertad sin cargos, Manolita ha tenido que esforzarse mucho por hacer una vida normal y alejar el miedo que le produce saber que el asesino de su hija anda suelto.

Sanabria ha estado a punto de volverse loca por la obsesión de proteger a su familia del coronel pero justo cuando había decidido vivir sin miedos, Beltrán vuelve a la carga con una dura amenaza: "¿De verdad estás dispuesta a intentarlo todo para acabar conmigo?, si sigues adelante te juro por mi familia que yo también lo haré".

Beltrán le reprocha a Manolita que los Gómez le han destrozado la vida: “Mi carrera está acabada, mi hijo muerto y mi mujer me ha abandonado” pero Sanabria se encara con él hasta que éste menciona a sus hijos dando a entender que serán sus nuevas víctimas.

Marcelino irrumpe en la dantesca escena y echa a Beltrán de su casa a gritos. Manolita estalla, le tiembla el cuerpo, y le comunica a Marcelino su tajante decisión: "Nos tenemos que ir del barrio"

¿Habrá llegado el fin de la familia Gómez en la plaza de los Frutos?, ¿cómo harán para plantar cara a Beltrán sin temer por sus hijos?

Adelántate a la emisión en ATRESplayer PREMIUM