"Ojo por ojo, diente de ajo", por @norcoreano

El pasado miércoles en 'Top Chef' tuvieron que esconder los cuchillos para que Rakel y Melissa no se deshuesasen. En sólo cuatro programas han pasado de amarse a odiarse, su amistad era como la prueba que les enfrentó en la final, un trampantojo. Antes de eso Víctor les había hecho cocinar juntas en la prueba de equipos. El peruano había ganado el privilegio de elegir equipos en la prueba inicial, en la que Arturo Valls, Maxi Iglesias, Ruth Lorenzo y Manuela Velasco se ofrecieron como pinches para demostrar que los famosos también saben arrimar el hombro, como ya demostró Isabel Preysler en aquel anuncio en el que tocaba la campanilla para que el mayordomo le trajese una bandeja de bombones.

Rakel y Melissa cocinaron juntas en mitad del campo y rodeada de cerdos. Víctor y Montoro formaron el otro equipo, fue una prueba de chicos contra chicas, chefs contra chefas. En el equipo de las chicas la tirantez fue en aumento, no vivíamos un momento tan tenso desde que Filippetti abrió una olla express. Solo encontraron un momento de tregua para unir su maldad y robarles a sus rivales un ingrediente que pensaban utilizar, las trompetas de la muerte, un tipo de seta que usamos mucho en Corea del Norte con los disidentes.

Las chicas perdieron y empezaron los típicos reproches de los cocineros de alta cocina: “Tu plato parece un plato combinado”, “Prefiero comer chopped a probar eso que has hecho”, “Me vas a esferificar las pelotas”… Y fueron juntas a la prueba de eliminación, al trampantojo. El trampantojo es un plato que tiene apariencia de algo que no es, como cuando llaman “democracia popular” a Corea del Norte o “artista” a Bisbal. Venció Rakel y Melissa se despidió del programa echando humo por el moño, como la válvula de la olla express de Filippetti.