Suceso en Almería

Tardan 4 horas en enterrar a un familiar con obesidad porque el ataúd no entraba en el nicho

Según relatan sus familiares, el fallecido pesaba cerca de 300 kilos y habían avisado al Ayuntamiento de las dimensiones del ataúd. Cuatro horas tuvieron que esperar para enterrarlo dado a las dimensiones. Sus allegados están indignados.

Si perder a un familiar es duro, imagínense si se complican los trámites del funeral. Pues esto es precisamente lo que le ha ocurrido a los allegados de José Antonio, que padecía obesidad mórbida y que falleció en el municipio almeriense de Matagorda tras someterse a una operación bariátrica.

El joven, de 28 años de edad, pesaba casi 300 kilos y, pese a que la familia había avisado tanto a la empresa funeraria como al cementerio de las dimensiones de la caja, el Ayuntamiento les comunicó que no podían darles dos nichos. Cuando llegó el momento del entierro, el ataúd no entraba en el nicho que habían previsto para el cuerpo de José Antonio, por lo que tuvieron esperar cuatro horas a darle sepelio mientras no se arreglaba el problema.

Una redactora de Espejo Público, Toñi Portillo, ha podido hablar con Ventura y Mónica, familiares de la víctima, quienes han contado que fueron por la mañana a avisar al Ayuntamiento de las características especiales del fallecido tras percibir que su vida estaba llegando a su fin. "Yo les dije que era un caso especial porque era una persona que pesaba 300 kilos, pero no lo entendían. Nos dijeron que hiciéramos lo que viéramos, pero que no podían darnos dos nichos. Enfadados, nos fuimos al tanatorio, pero nos dijeron que o nos portábamos bien o nos mandaban parejas de la Guardia Civil y la Policía. Nosotros no estábamos pidiendo nada malo, solo pedíamos un entierro digno", ha relatado Ventura.

Siguiendo el relato de estos familiares, aseguran que estaban dispuestos a pagar el precio de dos nichos para que José Antonio descansara en paz, pero les dijeron que era imposible. "No queríamos encontrarnos, cuando llegáramos, lo que finalmente nos encontramos en el cementerio", concluyen con mucha tristeza.

Ataúdes con dimensiones especiales

Los familiares de las personas obesas se enfrentan también a un problema a la hora del entierro dado que necesitan un ataúd de dimensiones especiales. A la vez se une la necesidad de más personas para trasladarlo y además un nicho en el que quepa. Todo esto, hasta el punto de que el coste del funeral puede llegar a incrementarse.