El coste de la medicina
"No quieren seguir mi ejemplo": el testimonio de Álvaro, cirujano que no dejará herencia laboral en sus hijos
Los héroes de la pandemia no encuentran el relevo esperado en sus capas. Las renuncias y los sacrificios personales que conllevan las especializaciones en ciertas áreas de la medicina, son los argumentos encontrados por muchos jóvenes para mostrar cierta indisposición hacia el estudio de las mismas. Álvaro García alerta en sus redes sociales sobre los peligros de "una sociedad sin médicos".
'Ganas más que un médico'. Ha existido siempre un consenso popular acerca de la óptima remuneración de los profesionales sanitarios. En el manido comentario, un trasfondo semienvidioso hacia aquellos que dedicaron más horas que la mayoría de los titulados en formarse y especializarse y, una especie de sensación de imposibilidad de alcanzar la cualificación necesaria para el común de los mortales. Pero la tendencia parece romper el aforismo. Bien lo explica y argumenta el cirujano especialista en cáncer y trasplantes Álvaro García-Sesma, que ha querido difundir su preocupación por el descenso motivacional de los jóvenes preuniversitarios a la hora de postularse como futuros médicos, una realidad que experimenta en primera persona: "Ninguno de mis cuatro hijos quiere seguir mi ejemplo. Ninguno quiere dedicarse a la medicina. Quizás no tengan vocación, pero tal vez el problema es que han vivido lo que supone a nivel familiar ejercer la medicina. Necesitamos médicos". A sus 52 años y posicionado en la 'champions' de la medicina por su especializada formación quirúrgica, este reconocido doctor atisba un escenario problemático en España por la escasez, cada vez más manifiesta, de profesionales.
"La sociedad tiene que cuidar a sus médicos"
El cirujano ha insistido en la necesidad moral de que el pueblo proteja a los que siempre han sido considerados 'ángeles de la guarda'. "Las vocaciones también se pierden por un maltrato de la sociedad a los profesionales de la sanidad. Mis hijos han visto siempre una parte de la medicina que no es la que vemos en las series, cuando uno está a las once de la noche en casa y te llaman y te tienes que ir corriendo y a lo mejor no apareces hasta dos días después". Relata Álvaro en Más Espejo los sacrificios familiares, a veces socialmente menospreciados, a los que están sometidos los médicos. La otra cara de la moneda de la que no se suele hablar por temor a la crítica. "Ejercer la medicina de alto nivel supone la disposición de hacer el sacrificio de estudiar durante muchos años, pasar noches sin dormir, renunciar al ocio, renunciar a vacaciones... A alguno de mis hijos le podría gustar la medicina, pero ven el esfuerzo que supone llegar a donde yo he llegado y entiendo que las vocaciones se puedan perder"
El 'like', por encima de salvar vidas
Apuntaba la colaboradora Carmen Ro que las reflexiones de este doctor levantan un debate muy interesante: "La juventud quizás está buscando más que el aplauso profesional, los likes de Instagram. Es más fácil querer ser instagramer que un gran cirujano. Esto es una seña de que esta sociedad está bastante enferma". A esta reflexión, respondía el especialista en trasplantes que las tendencias entre los jóvenes es buscar el rendimiento más inmediato. "Muchos de los que ahora estudian medicina acabarán en la medicina estética, donde uno puede dormir en casa, ganar más dinero y puede llegar con más facilidad. El problema es que necesitamos médicos de todo tipo".
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