BETSY ARAKAWA
Según ha informado una fuente, la casa del fallecido Gene Hackman estaba en muy malas condiciones incluso antes de su muerte. El actor fue hallado sin vida junto a su esposa Betsy Arakawa dentro de su hogar en Nuevo México.
Sigue saliendo nueva información sobre la trágica muerte de Gene Hackman y de su mujer, la pianista Betsy Arakawa, quienes fueron hallados sin vida en su hogar de Santa Fe, Nuevo México. El cuerpo del actor se encontró en una habitación cercana a la cocina, mientras que el cuerpo de Arakawa se halló en el suelo del baño rodeado de pastillas. Junto a ellos también se encontró el cuerpo de su perra Zinna, quien acababa de ser operada, pero tras la muerte de sus dueños, murió de inanición.
Las fuentes policiales informaron sobre las causas de los fallecimientos. Arakawa murió debido a un síndrome pulmonar por hantavirus el 11 de febrero, mientras que el actor sufrió una afección cardiaca el 18 de febrero. Sin embargo, recientemente han surgido nuevas informaciones que ponen en duda la fecha exacta de la muerte de la pianista. Un médico de la ciudad donde residía la pareja afirma que Arakawa no habría fallecido el 11 de febrero, ya que al día siguiente, el 12, se comunicó con su clínica.
Ahora, el matrimonio deja una herencia millonaria que todavía no ha sido repartida y una gran propiedad valorada en 3,8 millones de dólares. Pero según varios informes, la lujosa mansión se encontraba en pésimas condiciones incluso antes de su fallecimiento.
"El interior de la casa era impactante", confiesa una fuente al DailyMail. "No tenían empleada doméstica, así que tenían cosas preciosas, como muebles y cuadros, pero había excrementos de perro en el suelo".
"El interior de la casa estaba en mal estado. No se había limpiado nada. No había nada en el frigorífico", añade.
Según han revelado varios vecinos del matrimonio, la pareja llevaba una vida muy reservada y "no querían ser molestados". "Tienen una puerta y nosotros tenemos una puerta, pero nunca nos hemos visto", comenta uno de los vecinos al New York Times.
Su estilo de vida reservado hizo que nadie notara su ausencia hasta días después de su fallecimiento. Ahora, su trágica historia ha dejado varias incógnitas y una herencia aún pendiente de resolución.