MOMENTO DEL PARTO

Todo lo que necesitas saber sobre la epidural explicado por una matrona: cuándo y cómo se pone

La analgesia epidural es un método de alivio del dolor farmacológico que podemos utilizar en el parto en el caso de necesitarlo. Se trata de una punción en la espalda muy eficaz, pero que también conlleva riesgos que las mujeres deben conocer.

Una mujer embarazada con dolor por las contraccionesiStock

La epidural es una punción en la espalda, en el espacio entre dos vértebras lumbares, para llegar al espacio epidural. Aquí se deja alojado un catéter (algo parecido a cuando nos cogen una vía venosa), a través del cual irá pasando la medicación durante todo el parto.

La mujer es la que toma la decisión de si desea utilizarla y cuándo, poniendo en una balanza los beneficios y riesgos. Pero para ello, debe de estar correctamente informada y también disponer de todos los recursos. Y lo primero, sería entender cómo funciona nuestro cuerpo en el parto, qué sentido tiene el dolor y qué herramientas (propias y externas) tenemos para gestionarlo.

Ventajas de la epidural

Como ventaja principal podemos decir que la epidural es el único método de alivio del dolor que, si es efectivo, puede controlar en su totalidad el dolor del parto. Puede sernos de gran utilidad si otros métodos no están siendo suficientes para gestionar el dolor, o si estamos ante un parto medicalizado.

Para favorecer el proceso de parto y reducir el número de intervenciones asociadas, recomendamos de forma general que la epidural se ponga una vez el trabajo de parto está establecido y no antes.

Riesgos de la epidural

Como cualquier intervención médica, el uso de la epidural tiene riesgos asociados y esto supone una necesidad de monitorizar de forma continúa al feto y a la madre.

La epidural se asocia a mayor riesgo de:

  • Hipotensión de la madre, que puede afectar o no al bebé
  • Disminución de la movilidad materna
  • Aumento de la duración del expulsivo
  • Parto instrumentado, que a su vez aumenta el riesgo de desgarros y episiotomías
  • Pérdida de control de esfínteres (es necesario realizar sondajes vesicales cada cierto tiempo)
  • Fiebre intraparto
  • Mayor probabilidad de necesitar oxitocina sintética por reducción de las contracciones
  • Cefalea posparto

Por todo esto, y porque existen muchos métodos efectivos que pueden ayudarnos a tener una experiencia positiva de parto, siempre le recuerdo a las mujeres que la epidural es sólo un recuro más, no el principal ni el único.

Si no la necesitas, si estás gestionando bien el dolor usando otros métodos (movilidad, respiración, agua caliente, masajes, tens…), no tienes por qué usarla.

Una mujer durante las contracciones de parto | Pexels

Qué es la walking epidural

Dentro de la epidural, tenemos una modalidad distinta, la llamada "walking epidural". Es un tipo de analgesia epidural que no se ofrece en todos los hospitales, pero que puede suponer una opción muy buena para el parto.

El objetivo es que la madre pueda controlar el dolor de las contracciones sin bloqueo motor, por lo que puede seguir moviéndose para facilitar el proceso de parto y disminuir algunos de los riesgos asociados.

Como consejo, confía en ti y en lo que tu cuerpo es capaz de hacer. La analgesia epidural es algo que está ahí y podremos usarla si la necesitamos, pero el recurso más grande de todos está en tu cuerpo y tus hormonas.

Al parto ve con información, con decisiones tomadas, con recursos que te ayuden, con confianza en ti y en el lugar donde hayas elegido parir, con calma y seguridad… pero sobre todo con un plan abierto a diferentes caminos para dejarte fluir.