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Los suplementos están de moda pero... ¿hasta qué punto son necesarios para nuestra salud? Te cuento todo lo que necesitas saber sobre el colágeno, la proteína a la que atribuyen todo tipo de propiedades para nuestra salud.
Se le atribuyen efectos como tener una piel más tersa hasta gozar de unas articulaciones más flexibles... El colágeno es el suplemento de moda. Sin embargo, la realidad es más cruel de lo que los anuncios prometen. Por si fuera poco, se sacan de la chistera el término de "colágeno vegetal", lo que faltaba.
Para saber (de verdad) si estamos tirando el dinero, aclaremos conceptos.
El colágeno es una proteína fundamental para la estructura de nuestra piel, huesos, articulaciones y tejidos conectivos, pero igual que no comes pelo para que te crezca el pelo (Julio Basulto dixit), los suplementos de colágeno no generan colágeno. Y la clave es saber qué le pasa al colágeno en nuestro cuerpo.
Cuando consumimos colágeno a través de suplementos, ya sea en forma de polvo, cápsulas o bebidas, este entra en nuestro sistema digestivo y se descompone en aminoácidos. El colágeno en sí mismo, con su estructura específica, no puede atravesar la pared intestinal intacto. En su lugar, se descompone en sus componentes básicos durante la digestión.
La teoría detrás de los suplementos de colágeno es que estos aminoácidos y péptidos pueden ser absorbidos y utilizados por el cuerpo para la síntesis de nuevo colágeno en los tejidos. Sin embargo, la realidad es un poco más compleja.
Los aminoácidos liberados durante la digestión se distribuyen por todo el cuerpo y no necesariamente se dirigen a las áreas que necesitan colágeno. En otras palabras, el hecho de ingerir colágeno no garantiza que este sea utilizado específicamente para la producción de colágeno en la piel, los huesos y articulaciones.
El colágeno vegetal no existe. Por más que lo veamos escrito, repito, el colágeno vegetal no existe. El colágeno, por definición, es una proteína animal, presente en tejidos conectivos de animales como bovinos, porcinos y marinos.
Se usa mal para referirse a alimentos vegetales que promueven la producción de colágeno en el cuerpo. Las plantas no contienen colágeno, sí pueden proporcionar nutrientes esenciales que apoyan la síntesis de colágeno.
En realidad, es a la vitamina C a quien se le añade colágeno. Este último va por postureo. Las fuentes vegetales ricas en vitamina C incluyen fresas, pimientos frutas cítricas y brócoli.
Para que no te la cuelen no puedes olvidar que:
Suplemento de colágeno: La evidencia de que el colágeno ingerido se convierte directamente en colágeno en los tejidos específicos es limitada. El cuerpo descompone el colágeno en aminoácidos que luego se distribuyen y utilizan en diferentes procesos metabólicos. Como bien dicen nutricionistas como Juan Revenga o Julio Basulto es como comer pelo para que crezca donde no hay o como lanzar al aire las piezas de un coche y que caiga montado.
Colágeno vegetal: No existe un colágeno vegetal. Por definición. Sin embargo, ciertos alimentos vegetales proporcionan nutrientes que apoyan la producción natural de colágeno en el cuerpo. Incorporar una dieta rica en vitamina C, aminoácidos, antioxidantes, silicio y zinc puede ayudar a optimizar la salud de la piel y los tejidos conectivos.
Más alimentos, menos suplementos.