Sobre todo, no te agobies

Remedios caseros que sí ayudan a quedarte embarazada

Si ya has pasado la treintena y la publicidad de internet lo ha detectado, te bombardearán cada día con anuncios de productos que aseguran poder ayudarte a buscar un embarazo (quieras ser madre o no).

Pareja embarazadaiStock

Si realmente has pensando que es tu momento y has tomado la decisión de ser madre (con o sin pareja), la primera regla es no agobiarse en exceso, porque el estrés es el peor enemigo de la fertilidad. La siguiente, que antes de volverte loca comprando cosas o leyendo ideas de bombero por internet, tengas en cuenta que sí que existen algunos consejos básicos a tener en cuenta, que pueden ayudarte a quedarte embarazada, y que son más sencillos de lo que parecen.

1) Llevar una dieta equilibrada: No solo el estrés dificulta el embarazo, la obesidad también puede ser un problema a tener en cuenta. Es por ello que lo primero a tener en cuenta es llevar una dieta equilibrada. Tanto tú, como tu pareja si la tienes, porque en la fertilidad influye la salud de los dos. Como aporta Ruth Arriero, enfermera y sexóloga en Serise Sexología, “Mantener unos hábitos alimentarios saludables es importante para la fertilidad tanto en mujeres como en hombres”. Y es que “una mala alimentación pueden influir a nivel hormonal afectando tanto la ovulación como la calidad de los espermatozoides”. En este sentido, lo mejor es una dieta tradicional, ya que “si se están consumiendo determinados productos naturales adquiridos en herbolarios, es importante saber que algunos de ellos pueden interferir con el mecanismo hormonal”.

2) Cambiar vuestros hábitos poco saludables: Si habéis decidido que queréis ser papás, es el mejor momento para decidir también que es hora de dejar de fumar. Según Arriero, “No se trata de que al evitar el tabaquismo, el consumo de drogas y alcohol se mejore la fertilidad, sino que estos tóxicos interfieren tanto en la calidad del esperma como en la producción de estrógeno, que es una hormona principal en la ovulación, produciéndose además una disminución de la reserva ovárica y el número de folículos”.

Embarazada | iStock

3) Sexo también por placer: Cuando pensamos en buscar un bebé, automáticamente el sexo pasa a ser una forma de buscar ese fin, y deja de ser un momento para el placer. Craso error, porque uno de los factores que favorece el embarazo es que la mujer (y obviamente el hombre) lleguen al orgasmo. A este respecto la sexóloga aclara que “es innegable que las contracciones uterinas favorecen el movimiento de los espermatozoides”, aunque tampoco hay que obsesionarse con llegar a la cima, ya que “en el proceso mismo de excitación, el cuello uterino ya va bajándose hasta el saquito que se forma al final de la vagina, donde podrían acumularse los espermatozoides”.

4) Conocer tu ciclo menstrual: Si bien no se trata de estar todos los meses contando días y planificando encuentros sexuales, tampoco está de más saber cuáles son los días más fértiles en los que dejarnos llevar, puesto que no todas las mujeres tienen un mismo ciclo menstrual de 28 días exactos. “Escuchar nuestros cuerpos a lo largo de todo el ciclo requiere tiempo, así como un trabajo personal. Cuando se consigue es fácil saber en qué parte del ciclo estás en cualquier momento, sin necesidad de consultar ningún calendario”, aporta Ruth Arriero.

5) No planificar: Aunque está bien conocer cuáles son los días fértiles, no se trata de llevar una agenda estricta sexual. “Se mecaniza la amatoria, se reduce a la penetración misma. Algunas parejas están pendientes del calendario y tienen preparados para la ocasión sus elementos de ayuda para favorecer la fecundación, como cojines para ponerse en posiciones concretas. Cuando toca…toca ¿Y si no hay ganas? Pues toca igual”. Al final, si el proceso se alarga durante meses, se vuelve una situación frustrante y estresante que, de hecho, reduce las posibilidades. Y es que “el centro que regula el estrés es el mismo que el que regula las hormonas sexuales”, y por eso cuando estamos nerviosas, se desajusta nuestro ciclo, mientras que en ellos, en algunos casos, “el estrés puede reducir la calidad y cantidad de espermatozoides”.

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