CONEXIÓN CON HIJOS
Si te planteas cómo puedes saber de verdad cómo son tus hijos, qué piensan sobre algunas cuestiones y descubrir en qué tipo de personas se están convirtiendo, tienes que leer este artículo. Compartimos las 7 preguntas más importantes para hacerles a tus hijos que fortalecerán el vínculo existente.
¿Quieres preguntarle a tus hijos cómo están y que compartan contigo algo más allá de la rutina, pero no sabes cómo enfocarlo? Lo primero que tienes que hacer es asegurarte de que quede claro que no va a haber ningún tipo de represalia ni castigo por ninguna respuesta honesta.
Hay que generar un círculo de confianza para que tanto los progenitores como los más pequeños de casa tengan la suficiente libertad para expresar sinceramente lo que opinan sobre cualquier tema.
Las relaciones no se construyen en formato entrevista, permíteles que te pregunten y respóndeles con la apertura con la que quieres que ellos te contesten. De este modo os tocaréis los corazones, estrecharéis vínculo y os conoceréis mejor para seguir acompañándoles mientras crecen.
Hay 7 preguntas que los terapeutas infantiles hacen a los niños para conocerlos mejor, pero que tú como persona adulta también te puedes hacer y crear conexión con tus hijos, tal como lo explica @mamaconamor en su post de Instagram.
La visión del mundo de los más pequeños de casa y los adultos difiere. Los progenitores acarreamos muchas obligaciones que nos suponen dedicación y quizá hay algunos temas que no sabemos comunicar bien a nuestros hijos.
Una cosa en común que tienen todos los padres es que se preocupan por la crianza. Aunque nos encargamos de muchas más cosas, escuchar la respuesta a esta pregunta quizá haga reajustar nuestras prioridades.
Ser feliz, estar contento, compartir risas y bromas en familia crea unión. Establece complicidades con tus hijos desde esa faceta más divertida que tienes.
Escuchar a tus hijos y tener en cuenta lo que ellos explican sobre sus deseos o sueños, es fundamental para identificar qué les divierte compartir contigo. Fomenta vivencias que creen conexión entre vosotros porque quedarán para siempre en la memoria.
Desde la perspectiva alta de un adulto, es muy difícil caer en la cuenta de lo que realmente rodea el mundo de un niño. Cambiar el punto de vista y situarlo más cerca del suelo nos dará la visión de un mundo más próximo al de los hijos.
Si ya como adultos a veces nos cuesta entendernos a nosotros mismos, los más pequeños que están en constante evolución lo tienen mucho más difícil.
Y todavía más si como padres esperamos que ellos logren encontrar las palabras más adecuadas para expresar todo su ser.
Ir desentrañando el carácter y la personalidad de un niño es una de las cosas más fascinantes en la que como padres nos podemos ocupar.
Nos gustaría tener la fórmula mágica para que nuestros hijos se sintieran siempre cómodos, comprendidos, queridos, protegidos, acompañados, y con valor para ser autónomos y autosuficientes.
Si nuestros hijos nos describen esos periodos en los que ellos se sienten amados incondicionalmente, podemos encontrar la manera para duplicar ese contexto y que todos seamos felices.