ALARGA LA VIDA
¿Tienes una Poinsettia en tu casa? Si eres de esas personas que cada Navidad se hace con una en la floristería para alegrar un rincón de su casa, pero entrado el mes de enero se muere y la acabas tirando a la basura, este artículo es para ti. Te explicamos cómo mantener la flor de Pascua después de Navidad.
Después del 6 de enero hay muchos hogares que se afanan en retirar toda la decoración navideña: el abeto, el pesebre, las coronas de las puertas y hasta el último objeto de decoración que respira de esta magia que invade personas y hogares durante estas fechas.
No obstante, la flor de Pascua es una de esas cosas que nos resistimos a retirar. Es una planta preciosa, cuyas hojas verdes y rojas aportan alegría a cualquier rincón de la casa. Sus colores hacen que se asocie a la época navideña y se utiliza comúnmente como planta decorativa en interiores durante las festividades, pero su vida se puede alargar mucho más que durante estas fechas.
Para mantener una flor de Pascua saludable, es necesario proporcionarle las condiciones adecuadas de luz, agua y temperatura.
Necesitan mucha luz natural, que les llegue de forma indirecta durante, al menos, seis horas al día. Es necesario evitar a toda costa la exposición directa al sol, porque se quemarían sus hojas y si quieres que luzcan rojas y que florezca, el método para conseguirlo es sencillo: solo debes taparlas y asegurarte de que estén en completa oscuridad durante 14 h cada noche. Después debes destaparlas para que reciban luz brillante durante el día.
Lo más recomendable es regarlas cuando la parte superior del sustrato esté ligeramente seca al tacto. La técnica de riego más adecuada es la inmersión: sumergirla en la fregadera con unos de dos de agua para que la planta absorba el agua que necesite. Para ello debe estar en una maceta que tenga buen drenaje y, de este modo, evitar el encharcamiento.
La Ponsettia es una planta que no lleva bien los cambios de temperatura. Prefiere una temperatura estable entre los 15 - 22ºC. Evita ubicarla cerca de radiadores, estufas u otras fuentes de calor. También es sensible a las corrientes de aire frío, así que protégela de cambios bruscos de temperatura.
Si sigues los consejos anteriormente explicados, pero, aun así, tu flor de Pascua pierde las hojas y ya no luce como antes, te recomendamos que no tires la toalla porque puede durar mucho más allá de la época navideña. Solo tienes que podarla y trasplantarla.
En NovaMás te explicamos el proceso para que te resulte una tarea muy sencilla.
Utiliza unas tijeras afiladas y corta cada uno de los tallos a una altura similar y por encima de los nudos. Realiza tu corte en diagonal y vierte sobre el tallo recién cortado un poco de canela que es un gran cicatrizante y antifúngico.
Retiramos la planta de la maceta y con mucho cuidado quitamos la tierra que queda entre las raíces. Si todavía le queda parte de la bolsa del vivero que recubre el esqueje inicial -normalmente de material biodegradable- la retiramos porque a veces impide que se desarrollen bien las raíces. Colocamos la planta en una nueva maceta, con tierra nueva.
En la cuenta de Instagram de @missmalabares encontrarás una explicación muy visual de cómo hacerlo lo mejor posible.