PERSONAS ALTAMENTE SENSIBLES
Existe un rasgo de personalidad conocido como Alta Sensibilidad, que puede reconocerse desde la infancia. En mi consulta de pediatría veo a menudo cómo acuden a mí, padres y madres preocupados por ciertas reacciones de su hijo. Te cuento qué rasgos tienen en común los niños PAS.
"Es que todo le afecta, llora por cualquier cosa, se pone nervioso con el ruido, le cuesta mucho separarse de nosotros…". Estas frases son muy habituales en mi consulta pediátrica y en conversaciones entre familias. En muchos casos, detrás de estos comportamientos no hay un problema de conducta ni una crianza "demasiado blanda", sino un rasgo de personalidad conocido como Alta Sensibilidad.
Los llamados niños PAS (Personas Altamente Sensibles) representan aproximadamente un 15-20% de la población infantil. No es una enfermedad, ni un trastorno, ni algo que haya que corregir. Es simplemente una manera diferente (y completamente válida) de percibir y procesar el mundo.
Un niño altamente sensible tiene un sistema nervioso más receptivo. Esto hace que capte más estímulos, los procese con mayor profundidad y reaccione de forma más intensa a lo que ocurre a su alrededor.
Sienten más, piensan más y, muchas veces, se saturan antes porque su cerebro no puede procesar tanta información y esto provoca que reaccionen de una forma más intensa o exagerada ante situaciones que a los demás nos pueden parecer normales.
Es importante aclarar que ser PAS no es lo mismo que ser tímido, miedoso o introvertido, aunque a veces se confundan. Hay niños PAS muy sociables y extrovertidos, pero que igualmente se desbordan con facilidad.
Cada niño es único, pero existen rasgos bastante comunes:
Muchos niños PAS son etiquetados como intensos, exagerados o demasiado sensibles. La realidad es que su umbral de saturación es más bajo.
Cuando el entorno es ruidoso, hay prisas, demasiadas actividades o emociones fuertes, su sistema nervioso se sobrecarga y aparece el llanto, la rabieta o el bloqueo. No lo hacen para llamar la atención ni para manipular. Es su forma de decir: "esto es demasiado para mí".
La buena noticia es que, cuando se sienten comprendidos y acompañados, los niños PAS florecen de una manera extraordinaria.
A veces nos centramos tanto en las dificultades que olvidamos sus enormes talentos:
Criar a un niño PAS puede ser desafiante, sobre todo en un mundo rápido, ruidoso y poco adaptado a la sensibilidad. Pero no es un error de fábrica, es un regalo que necesita comprensión.
Cuando dejamos de intentar "endurecerlos" y empezamos a acompañarlos, descubrimos niños maravillosos que solo necesitaban ser vistos y entendidos.
Entender la alta sensibilidad es el primer paso para ayudarles a crecer seguros, confiados y orgullosos de quiénes son.