HÁBITO SALUDABLE
Comidas, cenas, compras de regalos, vacaciones escolares... ¿En qué momento vamos a entrenar con tanto compromiso extra? Te damos las claves para no perder de vista nuestra salud en Navidad.
La cercanía de la Navidad suma tareas y compromisos a nuestro día a día: la necesidad de comprar regalos, las ganas de visitar ciudades navideñas o todo tipo de comidas y cenas de Navidad, con la empresa, la familia o con amigos.
En este momento del año, mantener los hábitos de ejercicio físico se torna más complicado. Sin embargo, curiosamente es más importante mantenerlo que en otras fechas, como ocurre durante las vacaciones de verano, ya que en Navidad comemos más y peor. Ante una ausencia de actividad, los avances conseguidos se pierden a mayor velocidad.
Si dejas el ejercicio para cuando tengas tiempo, no lo vas a hacer. Las nuevas tareas van a interrumpir tus rutinas y el momento de hacer ejercicio va a quedar desplazado. Es necesario planificar tu semana teniendo en cuenta estos cambios y estar siempre dispuesta a aprovechar esos momentos disponibles. De lo contrario, el cansancio, la falta de ganas o cualquier otra excusa ocuparán ese hueco.
Por ejemplo, si en tu hora de entrenar tienes que ir a hacer compras, asegúrate de tener cerrado el momento en que podrás recuperarlo. De este modo lo tendrás todo planificado y, salvo imprevistos, podrás cumplirlo.
Los días tienen 24 horas y tenemos obligaciones ineludibles: trabajar, dormir, comer... El ejercicio no es una obligación, pero sí algo que no puedes dejar de hacer si te preocupa tu salud presente y futura. Si las nuevas tareas te absorben, adapta tu entrenamiento al tiempo que tienes.
Con sesiones muy cortas en casa, puedes mantenerte en forma hasta recuperar tu rutina habitual. En este artículo vimos cómo adaptar tu entrenamiento para huecos de 15 minutos.
Quizás no estás habituada a correr o sueles correr poco, pero no debería ser un problema si tienes un mínimo de forma física. Con las fiestas navideñas, llega la mítica San Silvestre: la tradicional carrera de 10 kilómetros que se celebra en muchas ciudades cada 31 de diciembre. Existen varias en fechas cercanas, e incluso distancias más cortas para animar la participación.
Estas carreras tienen un ambiente muy festivo y lúdico en el que prima disfrutar y no tanto hacer la mejor marca. Por estos motivos, es una buena opción que plantearte. Además de llevar a cabo una actividad diferente, es un reto que te va a animar a entrenar durante los días previos. Cada motivación diferente es un paso más para mantenernos activos.
¿Por qué todas las celebraciones tienen que ser en formato comida o cena? Además de vernos obligados a comer peor, acabamos en lugares a rebosar de gente y pagamos precios que no son frecuentes en otros momentos del año. ¡Cambiemos de plan! Aprovechemos la Navidad para encontrarnos con la gente para realizar alguna actividad juntos: rutas, día de esquí, raquetas en la nieve, partidos de pádel... Planes diferentes a los que se apuntarían muchas de aquellas personas que en estas fechas hacen lo posible por ausentarse.
Ya que este mes tenemos rutinas diferentes, ¿por qué no cambiar también el tipo de entrenamiento? Prueba con variantes, actividades dirigidas, competiciones por equipos y en general cualquier opción que, por novedosa, desactive la pereza. De hecho, por ese motivo en Navidad suele haber en los gimnasios clases especiales.
Una variación interesante y que seguro va a evitar que te quedes en casa es apuntarte a probar alguna sesión con entrenador personal.
Tener una experiencia diferente te motivará a ir y a mantenerte activa, pudiendo en enero volver a tu rutina habitual. ¿O quién sabe? Quizás descubres algo nuevo que te gusta más.