Las bacterias no descansan en agosto
En estos días de vacaciones muchos buscamos algo de playa, calorcito, relax y sobre todo descanso. Las que no descansan estos días son las bacterias, de hecho, es una de sus épocas preferidas, calorcito, humedad… y veraneantes desprevenidos. Salmonella, E.coli o Campylobacter se estarían frotando las manos (si las tuvieran) mientras ponen una sonrisa maligna.
Hoy veremos las precauciones necesarias si llevamos alimentos a la playa o si vamos al típico chiringuito.
Debemos tener en cuenta varias cosas:
- Elección del alimento: no todos valen para llevar a la playa. Evita los alimentos crudos o poco hechos (como la tortilla o el pescado, es mejor no llevarlos). Nada de salsas caseras (nunca mayonesa casera, en este caso es mejor llevarla “industrial” y con el envase precintado). Las ensaladas de legumbres cocidas que se pueden llevar en bote y montarlo en el momento son una gran opción. El brick de salmorejo o gazpacho no puede faltar, rico, sano y seguro. La fruta es un gran recurso que siempre apetece, pero llévenla entera, no cortada, para que vaya más protegida.
- Transporte: pasaremos en la playa bastante tiempo (con lo que cuesta coger sitio, hay que aprovecharlo) y precisamente ese tiempo corre en nuestra contra si de bacterias hablamos. Tenemos que disponer de una buena nevera de mano. Recuerden que la nevera mantiene la temperatura durante un tiempo, pero no refrigera. Así que le ponen hielo, y éste se va deshaciendo, con agua y calor… ya la tenemos liada, así que lo mejor es que, en vez de hielo, usen bolsas de gel, mantienen el frío y no sueltan agua.
- Guardar los alimentos en la nevera portátil es todo un arte, no sólo para colocarlo todo, sino que hay que envasarlos individualmente para que, si uno de ellos está mal, no contamine al resto. Además, todo lo que pueda “soltar” algo de líquido debería estar colocado abajo del todo para que no caiga sobre el resto de los alimentos. Recuerden mantenerlos en el frigorífico hasta justo antes de salir.
- Y con todo esto, hagan caso a lo más importante: su instinto. Si un alimento tiene mal aspecto, olor, color o sabor no lo consuma. Probablemente haya ocurrido algún problema con la cadena de frío.
Ahora pensará: “pues mejor no llevo nada y lo compro allí”. Pues mucho cuidado con ello. Debe asegurarse de que los mismos controles que ustedes harían en su casa, los están haciendo ellos. Algunos productos críticos son:
- La fruta ya cortada: hay que tomar fruta siempre que se pueda, pero cuidado con la cortada ya. Piensen siempre en lo que más les gusta a las bacterias: calorcito, humedad y azúcar. La fruta cortada lo tiene todo. Es mejor que la adquieran entera y, si se la preparan en el momento, confirmen la limpieza del cuchillo. Las normas de higiene no se pueden olvidar, aunque estemos en medio del mar.
- Los pastelitos de crema: cuidado con ellos, a la Salmonella le encanta la crema, igual que a nosotros, así que asegúrese de dónde vienen, el tiempo que han estado al sol y si están refrigerados.
- El pescado: ya sea frito, donde tienen que confirmar que está bien hecho o los típicos boquerones en vinagre, que están muy buenos, pero asegurándonos que han sido congelados previamente y se conservan en refrigeración.
Así que mucha precaución con la venta ambulante, confirmen las condiciones en las que adquieren el producto si no quieren sufrir un terrible apretón en la playa.
Pero no queda ahí la cosa, si no llevan la comida de casa ni compra venta ambulante, ¿qué opción le queda? Los chiringuitos de la playa. Allí también son necesarias algunas precauciones:
- Los aseos deben estar limpios.
- El personal debe cumplir las medidas de higiene (lavado de manos) y el local debe facilitarle el acceso a ello.
- Debe haber suficientes cámaras de refrigeración y congelación. Confirme que no hay alimentos que deberían estar refrigerados, expuestos a temperatura ambiente.
No olviden que los controles en estos locales son más intensos en verano y el esfuerzo de los dueños es importante. Con estas recomendaciones podrán pasar unas vacaciones mucho más tranquilas. Pero no lo olviden, las bacterias no descansan ni en agosto.