RELAJACIÓN Y CONCENTRACIÓN
Puede que cuando revisas tus redes sociales irrumpan en tu feed vídeos de ASMR. Puede que incluso te gusten los sonidos de esas cápsulas de personas arañando el micrófono, dando golpecitos a diferentes superficies o masticando alimentos crujientes. Lo que probablemente no sepas es cómo te puede ayudar el ASMR a tu salud mental. En este artículo te lo explicamos.
A estas alturas seguro que sabes en qué consiste el ASMR, aunque quizás desconozcas el significado de sus siglas (Autonomous Sensory Meridian Response o Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma, en castellano).
Se trata de una sensación física -y también psicológica- que aporta calma y tranquilidad a las personas que son capaces de experimentarla. Los síntomas físicos comienzan como un ligero hormigueo que nace en la parte de atrás de la cabeza y va incrementando su intensidad al mismo tiempo que asciende por el cuello, ralentizando el ritmo cardiaco.
Pero el ASMR no solo tiene efectos físicos, sino que es una técnica que facilita la entrada a un estado de relajación profundo. En este artículo hemos habado con Anna Romeu, experta en Personas Altamente Sensibles y en psicología positiva, y miembro de la Sección de Psicología Clínica del Colegio Oficial de Psicología de Cataluña para que nos explique cómo puede ayudar el ASMR a la salud mental.
La ASMR suele originarse por medio de estímulos denominados detonantes, que suelen ser mayoritariamente auditivos y visuales, como escuchar sonidos suaves y repetitivos al doblar ropa, pasar páginas de un libro, arrugar una bolsa...
Según la experta, el ASMR no es una técnica demasiado conocida. El objetivo es activar el sistema parasimpático y así activar el estado de relajación de una persona.
"Como otras técnicas de relajación, si el paciente se siente cómodo, entra en un estado de relajación que activa las endorfinas y aumenta la serotonina, por lo que incrementa la sensación de bienestar y ayuda en trastornos mentales", explica Romeu.
La técnica del ASMR "ayuda sobre todo en casos de más activación, como la ansiedad o el estrés. Y funciona bastante bien en casos de estrés postraumático", aclara la experta.
Algunos psicólogos utilizan esta técnica en consulta para tratar el TDAH (Trastorno por déficit de Atención e Hiperactividad), sin embargo, como "es una técnica de relajación algo particular, hay pacientes que sufren el efecto adverso y los activa más porque se hace más evidente su dificultad para concentrarse", advierte la experta.
Las emociones, la memoria y los ganglios basales –que coordinan el inconsciente y los actos reflejos- están todos juntos en el cerebro, por lo que cualquier cosa que altere emocionalmente al paciente dificulta la concentración, la memoria y el aprendizaje. "Las técnicas de relajación lo que hacen es facilitar estos procesos mentales", razona Romeu.
Las personas que acuden a la consulta de un psicólogo para trabajar en su salud mental pueden ver cómo los profesionales utilizan diferentes técnicas de relajación para ayudarles a gestionar sus cargas y sus emociones. "El Mindfullness es una de las técnicas más populares porque es muy fácil de aplicar, así como diversas técnicas de focalización y de relajación física", explica la experta.
Todas tiene las mismas ventajas: fomentar la autorregulación para que cualquier persona pueda funcionar mejor, especialmente aquellas personas que tienen trastornos mentales.