EFECTOS ADVERSOS DE MEDICAMENTOS
Como todos los medicamentos, los antibióticos tienen algunos efectos secundarios que pueden alterar tu normalidad. En este artículo nos centramos en la alteración gustativa que pueden provocar estos fármacos.
Un estudio registrado en la National Library of Medicine de Estados Unidos constata que hay más de 200 medicamentos, incluyendo muchos de uso común, que pueden causar trastornos en el gusto. Esto se debe a que en el proceso de desarrollo de fármacos rara vez se evalúan este tipo de efectos secundarios en los estudios de toxicología en animales. Es el caso de algunos antibióticos como la amoxicilina, la ampicilina, la azitromicina, entre otras variantes, tal y como indica la organización internacional Salud y Fármacos.
Según nos ha explicado el farmacéutico Salvador Serentill Tost, esta afectación se debe a una posible disfunción, interferencia entre los receptores celulares o alteración de los nervios que transmiten las señales gustativas al cerebro. Y puntualiza que, a pesar de ser un efecto secundario temporal, en algunos casos puede ser persistente.
Serentill nos informa de que el uso de antibióticos puede afectar de distintas maneras el sentido gustativo. La más común, dice, es la percepción fantasma del gusto: la sensación de un sabor desagradable en la boca vacía. Otras afectaciones pueden ser la hipogeusia, reducción del sentido gustativo, o la ageusia, pérdida completa de la percepción del gusto.
Serentill pone en énfasis que si detectamos una pérdida o disminución del sentido gustativo, es importante ponerse en contacto con un profesional y que en ningún caso se suspenda el tratamiento sin prescripción médica. Ya que "esta afectación puede tener consecuencias negativas para la salud. Por ejemplo, ocasionar cambios en los hábitos alimenticios, comer menos o más de la cuenta y, por lo tanto, sufrir variaciones de peso", explica. También remarca la importancia de pedir opinión médica por el hecho de que este tipo de afectación puede ser, "un factor de riesgo para patologías que requieren de una dieta específica, como la diabetes, los ataques cerebrales, las enfermedades cardiovasculares, entre otras".
Más allá de consultarlo con un especialista, que sería el primer de los pasos, la organización Salud y Fármacos expone algunas recomendaciones que puedes aplicar en caso de que te encuentres con algún tipo de pérdida o disminución del sentido del gusto: