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No es ningún secreto que la Familia Real tiene sus propias tradiciones, pero se desconocía que siguieran un ritual para despedirse. Y en la celebración por el cumpleaños de la infanta Elena se ha podido ver: juego de manos, besos y la señal de la cruz.
El 60 cumpleaños de la infanta Elena ha dejado para el recuerdo varias anécdotas, muchas imágenes y un reencuentro familiar que todo el mundo pensaba que no se iba a producir. Y, aunque los grandes protagonistas fueron los reyes Felipe y Letizia -que aparecieron de forma sorpresa y con una sonrisa sin haber confirmado su asistencia- todas las miradas han ido a parar al saludo entre la infanta Cristina y su hijo, Pablo Urdangarin, el mismo que han hecho la infanta Elena y don Juan Carlos.
Se trata de un ritual que sigue la familia al completo y, como muestra el vídeo de arriba de Europa Press, consiste en un juego de manos en forma de saludo (muy habitual entre amigos) para después abrazarse y terminar con la señal de la cruz, haciendo este símbolo en la frente del otro con el objetivo de desearle protección y despedirse de una forma cariñosa.
Con este movimiento, madre e hijo han dejado constancia de la buena relación que mantienen a pesar de las adversidades a las que han tenido que enfrentarse, como el inminente divorcio de la infanta Cristina e Iñaki Urdagarin o la nueva vida del exduque de Palma junto a Ainhoa Armentia.
Una buena sintonía que también demostraron la infanta Elena y su padre, el rey Juan Carlos, al despedirse en el restaurante después de la comida familiar. Como muestran las siguiente imágenes, padre e hija se dieron dos besos, la Infanta hizo una reverencia al Rey, se hicieron mutuamente la señal de la cruz y terminaron haciendo un juego de manos y unas palmaditas en el corazón. Parece que se trata de un ritual, una tradición de despedida que se ha instaurado en la Familia Real y que no dudan en llevarla a cabo cuando la ocasión lo merece.