ANIMANDO A PABLO DESDE LAS GRADAS
Parece que desde que se hizo público su divorcio, la infanta Cristina se está mostrando más espontánea y relajada. Recientemente, la hermana del rey Felip VI ha sido grabada así de expresiva con su nuera, Johanna Zott, la novia de su hijo Pablo Urdangarin, con quien ha protagonizado estas cariñosas imágenes.
Tan solo unos días después de su viaje a Londres para asistir a la misa funeral en memoria de Constantino de Grecia en el palacio de Windsor junto a gran parte de su familia, los reyes Felipe y Letizia, los Eméritos don Juan Carlos y doña Sofía, la infanta Cristina y su hijo mayor, Juan Urdangarin, la infanta Elena han vuelto y han retomado su día a día.
Aprovechando unos días libres en su agenda, la exduquesa de Palma ha viajado de Londres a Barcelona para ver el último partido de su hijo Pablo Urdangarin con el Fraikin BM Granollers de balonmano contra el Abanca Ademar León en el Palau DEsports de la ciudad condal. Un encuentro que terminó con empate a 34 y que doña Cristina vivió con emoción y nervios, como si ella misma estuviese en la pista, acompañada por Johanna Zott, con la que se lleva a las mil maravillas.
Más cómplices que nunca, y presumiendo de que más que la novia de su hijo se ha convertido ya en una amiga, la infanta derrochó cercanía y risas con su nuera durante toda la jornada, charlando, intercambiando confidencias, comentando cada jugada, animando a Pablo con aplausos y gritos, e incluso abrazándose con naturalidad demostrando el cariño que se tienen.
Unas imágenes en las que la hermana de Felipe VI se ha mostrado mucho más expresiva, risueña y espontánea de lo que nos tiene acostumbrados y en las que, como han apuntado diferentes medios de comunicación, se aprecia a la perfección el antes y el después que ha experimentado tras su divorcio de Iñaki Urdangarin.
Parece que doña Cristina y Johanna Zott han encajado a la perfección y se sienten cómodas juntas, haciendo una excepción a su contención y su seriedad habitual, se muestra más natural y sonriente que nunca.