EN PAMPLONA
Los reyes Felipe y Letizia se han dado un baño de masas en Pamplona donde han protagonizado una anécdota de lo más tierna con el pañuelo rojo de San Fermín.
Los reyes de España han visitado Pamplona con motivo de la Conmemoración del VI Centenario del Privilegio de La Unión, que celebra la unificación de los tres principales municipios que formaron Pamplona en 1423. A este nuevo compromiso oficial llegaron tras su regreso al trabajo el pasado 7 de septiembre en la entrega de los Premios Unicef España.
Antes de su visita al interior de la catedral de Santa María la Real para visitar el mausoleo de Carlos III y Leonor de Trastámara, doña Letizia nos ha dejado ver su faceta más natural mostrándose atenta y cariñosa con el público que la aplaudía, especialmente con varias ancianas y con unos niños pequeños con los que se deshizo en sonrisas y carantoñas.
Cómoda y feliz en su primera aparición con don Felipe tras el ingreso de la princesa Leonor en la Academia Militar de Zaragoza, y la marcha de la infanta Sofía a Gales para estudiar el Bachillerato Internacional en el UWC Atlantic College, la reina se ha mostrado muy cómplice con su marido, intercambiando miradas de lo más significativas mientras ayudaba a colocarle en el cuello el pañuelo rojo emblema de Pamplona y de su patrón, San Fermín.
No es la primera vez que los monarcas protagonizan estas pequeñas muestras públicas de afecto.
Para la ocasión, doña Letizia ha optado por tirar de fondo de armario, recuperando uno de los diseños más favorecedores de su vestidor. Un vestido de inspiración nupcial de Sfera con motivos florales de encaje que realza especialmente si figura por su silueta ajustada en la parte superior y su falda de ligero vuelo.
Un modelo low cost que no supera los 50 euros, que la reina estrenó en junio de 2022 en la entrega de la Enseña Nacional de la Fuerza de Guerra Naval Especial en Murcia, y que lució por segunda vez meses después para recibir al presidente de Colombia, Gustavo Petro, y a su esposa Verónica Alcocer. Y ahora, ha vuelto a presumir de figura con él.
Un vestido romántico, delicado y versátil que ha combinado con unos salones destalonados de Carolina Herrera en color nude, y unos pendientes que hacía mucho que no le veíamos. Unas piezas de Yanes confeccionadas en oro blanco con diamantes, perlas australianas, aguamarinas y turmalinas rosas. El complemento perfecto para poner el broche a un look elegante con el que la Reina ha vuelto al trabajo pisando fuerte.