Cómo preparar la tarta de chocolate de la película 'Matilda'
NO VALE CUALQUIERA
1- Nunca cocines con un vino del que jamás te beberías una copa. Punto. Si sigues esta máxima el éxito está prácticamente asegurado. Ni que decir tiene que los vinos pasados o picados tampoco son bienvenidos, y que en muchas ocasiones vas a tener que abrir una botella sólo para cocinar. Pues aprovecha y que sea la que acompañe posteriormente al plato durante la comida.
2- Ni te pases ni te quedes corto. Sigue estrictamente las instrucciones de la receta, ya que si te pasas vas a arruinar el plato y si te quedas corto (cosa que siempre es preferible) no disfrutarás de ese toque que aporta el vino a una buena salsa. Además, es importante dejar el vino largo rato, no sólo para que se evapore el alcohol sino para que se integren los sabores.
3- Para guisos de carne un tinto joven. Hay quien escoge crianzas, pero en realidad no es necesario. Un vino tinto joven y fresco, que aporte aromas y sabor a la salsa, será ideal para estofados y otros guisos de carne.
4- Los blancos, dado su aporte de acidez, sientan estupendamente a los guisos de pescado y marisco. Si estamos cocinando una salsa muy potente y especiada, nos va a interesar un vino aromático y afrutado como el Albariño o un Sauvignon Blanc, y si tenemos una salsa más seca, con un sabor menos contundente, es interesante utilizar vinos más secos como un fino o una manzanilla. Las salsas más potentes también pueden casar estupendamente con un blanco con barrica, o con variedades como el Chardonnay, por ejemplo.
5- La máxima de que los tintos son para las carnes y los blancos para los pescados es cierta, en líneas generales, aunque algunas carnes blancas como pollo, pavo o cerdo magro también son buenas compañeras del blanco.
6- El rosado también es muy útil en la cocina, y puede ser un buen compañero, sin ir más lejos de un guiso que acompañe a la pasta.
7- Otro clásico de la cocina es el Jerez, perfecto para sopas, guisos de carne y platos salteados.
8- El vino puede utilizarse también para marinar las carnes antes de cocinarlas, algo que funciona especialmente con las carnes de caza, que suelen tener un sabor bastante ácido a causa de los enzimas que genera el animal en el momento de su muerte. Marinar con vino y otros elementos como hortalizas, frutas y especias (que posteriormente se retiran) ayuda a corregir la acidez y aporta sabor y melosidad a la pieza.
9- Para las legumbres, es conveniente utilizar un vino tinto joven, fresco y amable, y reservar los vinos con crianza a carnes como el cerdo, el buey o el cordero.