VERSIÓN SALUDABLE
En este artículo te contamos una manera fácil, rápida y sencilla de cocinar el mítico "pescaíto frito" andaluz, pero en su versión más saludable y menos calórica. Lo mejor es que no ensuciarás la cocina para prepararlo.
El "pescaíto frito" andaluz es uno de los platos españoles más reconocibles en todo el mundo. Este sabroso manjar deleita los sentidos de cualquier amante del sabor intenso del pescado, potenciado por la fritura. No obstante, no es algo que deba consumirse con frecuencia debido a su alto contenido calórico y a las altas cantidades de grasas trans.
Afortunadamente, existen recetas alternativas más saludables que pueden satisfacer nuestro deseo de pescado frito, como esta opción que hemos encontrado en la cuenta de Instagram de la chef turca Buse Zeynep Erdoğan. Este plato conserva la crujiente textura del rebozado clásico, pero con un enfoque más saludable y menos grasiento. Lo mejor de esta receta, es que evita que se ensucie la cocina.
1. En una bolsa de plástico, combina la harina con las pimientas y la sal. Asegúrate de ajustar las cantidades según tus preferencias personales de sabor.
2. Añade los filetes de pescado a la bolsa con el rebozado preparado. Cierra bien la bolsa y agítala suavemente para asegurarte de que el pescado esté completamente cubierto con la mezcla de harina y especias. Este paso garantiza que cada bocado tenga el equilibrio perfecto de sabores.
3. Precalienta tu horno a 250 °C. Mientras se calienta, coloca papel de horno en una bandeja para hornear.
4. Coloca los pescados empanados en la bandeja para hornear preparada. Para agregar un toque de salud adicional, rocía un chorrito de aceite de oliva virgen extra (AOVE) sobre los filetes. Esto ayudará a que se doren y aportará un sabor delicioso. Hornea a 250 grados durante aproximadamente 20 minutos, o hasta que el pescado esté dorado y crujiente.
5. Una vez que los pescaditos estén listos, sácalos del horno y sírvelos con tus acompañamientos favoritos.
Consumir alimentos fritos con regularidad puede tener impactos negativos en la salud debido a varios factores. En primer lugar, el proceso de fritura implica sumergir los alimentos en aceite caliente, lo que lleva a una mayor absorción de grasas saturadas y calorías. Estas grasas saturadas pueden aumentar los niveles de colesterol y contribuir al riesgo de enfermedades cardíacas.
Además, durante la fritura, se generan compuestos tóxicos como acroleína y acrilamida, sustancias que se han asociado con efectos adversos para la salud, incluyendo problemas respiratorios y riesgos de cáncer. El consumo regular de alimentos fritos también se ha relacionado con el aumento de peso y la obesidad, ya que estos alimentos suelen ser altos en calorías y bajos en nutrientes esenciales.
Sin embargo, un estudio reciente sugiere que al utilizar tomillo en el proceso de fritura, se podrían mitigar algunos de los efectos negativos para la salud.